“Haber pasado de estar súper en forma a no poder correr es muy difícil de llevar. Al final, una fractura de estrés se va haciendo poco a poco hasta que se rompe, y ha tenido que ocurrir después de la mejor temporada de mi vida. Por otra parte, intentas seguir activa para acelerar un poco el proceso. También he asistido a eventos e incluso he participado en retransmisiones de carreras en televisión para no perder el contacto. Al final, tengo más ganas de recuperarme por la familia, por la gente que me anima y por las marcas que me apoyan que por mí misma”.
Las lesiones son parte de este juego. El corredor de élite, para llevar su rendimiento al máximo, transita por una fina línea que separa el estado de forma óptimo de la lesión que puede desencadenarse. De hecho, es muy habitual que lleguen cuando el atleta está, como se dice en el argot, más “fino”. Una puede cuidarse todo lo posible sin saber que un hueso del cuerpo está siendo sometido a un estrés que tarde o temprano lo romperá. Es lo que le ha ocurrido a Sara Alonso, con la peor de las suertes, ya que se ha producido en la zona del pubis, en la cadera, un hueso que soporta todo el impacto de la carrera. Y le ha llegado probablemente en el mejor estado de forma de su vida, tras haber realizado una temporada excepcional, la de 2022, que la consolidó como una de las mejores corredoras del mundo. Sus victorias en la Marathon du Mont-Blanc, en la Transgrancanaria o en el Campeonato de España RFEA, su tercer puesto en Zegama Aizkorri Maratoia, estableciendo el récord vasco, o esa misma posición en la clasificación final de las Golden Trail World Series así lo atestiguan, y seguro que tienen mucho que ver en la gran apuesta que ha hecho ASICS con su fichaje. Sara desborda carisma, espontaneidad y ganas de inscribir su nombre en el olimpo de este deporte.