100 MILLAS POR DONDE CAMINA EL OSO. La Ilusión

100 MILLAS POR DONDE CAMINA EL OSO. La Ilusión

 

Texto por: Kissthemountain

Fotografías: Quim Farrero

 

Podría comenzar estas líneas hablando del altísimo nivel de atletas que se dieron cita en Cangas del Narcea para la celebración de la primera edición de una carrera que seguro que se consolidará como una de las más grandes del panorama nacional. También podría hacerlo sobre el espectacular escenario natural en el que esos mismos atletas y muchos otros lucharon para alcanzar su máximo rendimiento, o por el magnífico ambiente que se vivió en las calles de este pueblo al que se llega tras recorrer muchos kilómetros por una sinuosa carretera de montaña que atraviesa el puerto de Leitariegos. Igualmente podría dedicar estas primeras líneas para mostrar agradecimiento a los cientos de voluntarios que derrocharon ilusión mediante sonrisas de apoyo al ver cómo su territorio se llenaba de corredores que batallaban por ir ganándole kilómetros a cada una de las cinco modalidades que componen las 100 Millas Por Donde Camina El Oso. Pero dejaré esto para más adelante, porque voy a hacerlo sobre un abrazo. O, mejor dicho, sobre varios abrazos.

 

 

El protagonista de cada uno de ellos es Daniel Cuervo, una de las almas de esta carrera, y que casi se la deja por hacerla realidad. Los receptores de los abrazos fueron muchos. Yo al menos conté tres o cuatro. Pero quizás el que más me emocionó fue el que se daba con uno de sus patrocinadores después de arrancar la modalidad de 100 millas tras la presentación, uno a uno, de todos los corredores que se iban a enfrentar a esta mítica cifra. La lluvia, todo lo contrario de deslucir el inicio de esta aventura, ponía más épica en la salida del maravilloso espectáculo que acababa de comenzar. Tras los gritos de ánimo de la multitud de personas que se acercaron a despedir a aquellos que iban a vivir una de las experiencias de sus vidas, se hizo el silencio. Entonces me fije en Dani. Con algo en los ojos que me pareció distinguir como lágrimas, se fundía en un abrazo con uno de los patrocinadores del evento. Por supuesto, no soy capaz de saber todas las emociones que se escondían tras esta muestra de afecto que nos ha sido arrebatada durante los meses de pandemia, pero sí que estoy seguro de que en ella estaba la enorme satisfacción por la consecución de algo por lo que se ha luchado durante muchos meses, por no decir años. Daniel es un luchador, o un loco como se decía en la rueda de prensa de presentación de este evento. Desde el principio, esta persona nos ha ido confiando su proyecto. Se ha volcado en conseguir el apoyo de patrocinadores, la presencia de corredores de renombre internacional, la involucración de organismos públicos y la asistencia de un gran número de medios de comunicación. Y todo lo ha logrado. ¿Por qué? Porque la ilusión es el más potente de los motores.

 

 

 

Sin ilusión es muy difícil conseguir que corredores de la talla de Luis Alberto Hernando, Miguel Heras, Azara García de los Salmones, Gemma Alcázar, Pablo Villa, Virginia Pérez Mesonero, Mario Olmedo, Leire Martínez o Andreu Blanes -sirvan estos nombres como representación de todos los participantes- ajusten sus calendarios para estar presentes a final de sus temporadas en una misma prueba. Podríamos hablar de los resultados que obtuvieron, pero creo que en esta ocasión no es necesario. Ni siquiera lo merece, porque lo más destacable fue que todos ellos se mostraron encantados de ser parte de la primera edición de una prueba que ha maravillado a todos los que en ella han participado, incluido al que aquí escribe.

Y este sentimiento de los corredores no puede separarse de los dos últimos puntos que quiero destacar y que van irremediablemente unidos. Por un lado, están el entorno y las montañas por donde transcurre la prueba. El puerto de Leitariegos es ya un conocido en el mundo de las carreras por montaña. Y no es para menos. Su belleza, descomunal, compite con la de otro punto en donde confluían las distintas modalidades. Hablo de El Acebo, muy conocido entre los aficionados al ciclismo, pero no tanto entre los del trail running. Alcanzar los puntos más altos de estos dos espacios naturales, y poder correr por esos paisajes que la niebla dejaba ver haciéndose cómplice de este espectáculo es algo que no olvidarán el gran número de corredores que se dieron cita el fin de semana del 17, 18 y 19 de septiembre por las montañas de Cangas del Narcea.

 

 

 

Y claro, esta belleza es de algo de lo que los lugareños se sienten muy orgullosos. Tanto, que el trato de los voluntarios hacia los participantes ha sido EXCEPCIONAL. Sí, con mayúsculas, porque aunque todo corredor, en la mayoría de las ocasiones, se siente arropado por la labor de este elemento tan importante en las carreras, para mí y para otros muchos con los que compartí esta sensación, en esta ocasión, todo se ha magnificado. En pocas carreras he podido sentir su cercanía y apoyo de una manera tan excelsa. Y esto no es más que consecuencia de esa ilusión a la que me refería como el más potente de los motores.

Sólo me queda dar las gracias a la organización, en la persona de Dani, a los voluntarios y a los habitantes de este no tan conocido rincón de Asturias por hacer que el trail running mantenga su esencia. Nos vemos el próximo año.

 

 

 

 

 

 

Compartir contenido

 

     


 
 


 
 
 
 

info@kissthemountain.com







       © Copyright Kissthemountain 2020 | Bajo la atenta mirada de las caras norte de Sierra Nevada | Granada. Spain      -       Términos del servicio | Privacidad | Política de Cookies


 

 


     

div class="col-lg-12 text-center">

info@kissthemountain.com

       © Copyright Kissthemountain 2020
Bajo la atenta mirada de las caras norte de Sierra Nevada
Granada. Spain