25 Nov Dani Osanz. De campeón a campeón.
Texto: Nico Molina
Dani es para mí un gran referente y alguien que me ha hecho crecer en lo deportivo. Nos conocimos allá por 2015 en la que era mi primera carrera vertical. Por primera vez coincidíamos en un podio. Me pareció reservado. Todo se redujo al típico choque de manos que le das a un contrincante que te ha ganado en una carrera en la que por cierto se proclamaba campeón de España de la modalidad. ¿Quién me iba a decir en aquel momento que ese rival, años más tarde, en el momento en el que estoy escribiendo estas líneas, iba a ser líder de la Copa del Mundo de Kilómetro Vertical en categoría absoluta, varias veces campeón del mundo en mundiales en diferentes categorías y uno de los corredores de montaña con más futuro a nivel internacional?
Posiblemente, en ese primer contacto, él viniera de hacer la temporada de cross. Yo, por otro lado, empezaba a empaparme y a aprender un deporte nuevo para mí. Desde aquel día, poco a poco nos hemos ido conociendo. Y esos choques de manos en lo alto del podio de campeonatos o copas nacionales o mundiales se han hecho relativamente frecuentes e inconscientemente >
> nos han impulsado a mejorar tanto a él como a mí. Cuando nos hemos enfrentado en carrera, cada uno de nosotros ha tenido sus bazas. Y lo cierto es que cada subida en carrera en la que hemos coincidido se ha convertido en un vertical infiltrado. Mientras escribo esto, se me escapa una sonrisa.
El camino sigue y el nivel aumenta. ¿Quién podría imaginar el camino que Dani está recorriendo y el que aún le queda? Más sabiendo que detrás de su carrera deportiva existe otra, la de Medicina, en la que también avanza como si de una competición se tratara. Los que conocemos esa otra “carrera” de Dani nos hace admirarlo incluso un poco más. Hay que ser muy disciplinado y tener las ideas muy claras para ser capaz de compatibilizar estos dos aspectos de su vida. Él nos demuestra que es posible, que no hay límites para intentar ser el mejor en todo lo que te propongas. Dani tiene que dedicar muchísimas horas tanto al estudio como al entrenamiento. Y eso es digno de toda mi admiración. Como estudiante que yo también soy, aunque mis estudios no tengan nada que ver con los suyos, Dani me sirve de ejemplo. Son muchas horas las que dedicas a entrenar o competir, pero también las que pasas sentado en una silla preparando tu carrera. Es mucho más tiempo del que puedes pasar con tus amigos o familia. Pero Dani nos enseña que todo sacrificio acaba siendo recompensado.
Si pienso en Dani como compañero de competición o pre-competición, siempre encuentro alegría y risas cuando tocan, y concentración en los momentos importantes. Aquí también Dani es equilibrado. Los momentos de relajación y disfrute en las concentraciones son muy importantes, pero cuando toca ponerse serio, él parece vivir en su propio mundo, uno que en competición le transforma totalmente para hacerle subir un vertical a toda velocidad.
Me ha hecho aprender y sacar muchos aspectos positivos. Desde aquel Campeonato de España hasta hoy, él ha sido uno de los culpables de la mejora en mi rendimiento para poder ser capaz de disputar una prueba al más alto nivel. Cuando salimos fuera de casa a competir, no seremos los que más pinta tenemos de correr, pero en cada mundial o concentración en los que hemos estado juntos, la alegría de todo el grupo nos ha hecho estar en los primeros puestos.
De los inicios en un campeonato nacional con un choque de manos a compartir las dos posiciones más altas de un podio mundial entre risas y admiración. Esto, entre muchas otras cosas, es Dani para mí.
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