FÁTIMA DE DIEGO. Inspiradora

FÁTIMA DE DIEGO. Inspiradora

 

 

Ha pasado mucho tiempo desde que en 2017 hablamos con Fátima de Diego para un reportaje que publicamos en esas fechas. Muchas cosas han cambiado en su vida, pero no algo muy importante como son las ganas de disfrutar en la montaña. Fátima es diferente. Te das cuenta de esto nada más comenzar a hablar con ella. Transmite optimismo y entusiasmo. La competición es mucho más que el resultado. Disfruta de un camino que ahora le lleva más por el esquí de montaña que por el trail. Siempre es muy inspirador hablar con ella. Gracias, Fátima.

 

Por Kissthemountain

 

issthemountain: Hola, Fátima. ¡Cuánto tiempo sin hablar contigo! ¿Te va bien hacerlo ahora?

Fátima: Sí, perfecto. Acabo de terminar con lo que estaba y tengo tiempo antes de comer.

K: ¿Qué tal tu vida por Andorra?

F: Estoy muy contenta, Juanmi. El día a día aquí está muy bien. Aunque vaya corriendo a todas partes, saco tiempo para hacer de todo. Siempre encuentro momentos para ir a esquiar. Todo está cerca. Pasas los túneles y te encuentras en plena montaña. Si bajas, llegas pronto al centro donde está todo el ambiente. Ciudad y montaña, los dos extremos. Me va muy bien en Andorra.

K: ¿Dónde vives?

F: En La Massana, en un pueblecito.

K: ¿Cerca de Arinsal?

F: Sí, en coche tardo unos siete minutos. Es una gozada. Todo está cerquísima.

K: La última vez que hablamos fue en junio de 2017. ¡Ha pasado ya tiempo! Acababas de terminar tus estudios de fisioterapia. Muchas cosas han cambiado para ti desde entonces. Una de ellas es que vives en Andorra, el país de las montañas. Recuerdo que en aquella charla me decías que de pequeña mirabas las montañas desde tu ventana y te impresionaban. Más tarde comenzaste a salir por ellas con tu amiga Marta Pérez Maroto sintiéndoos especiales.

F: Sí, recuerdo que cuando hablamos, terminaba la carrera. No sabía qué hacer. Tenía mucho tiempo y disfrutaba un montón ahí fuera, pero quería descubrir sitios nuevos y salir de casa donde siempre eran las mismas montañas. Busqué trabajo en Andorra y tuve la suerte de que el fisio que va con el equipo de Andorra necesitaba a alguien para su equipo. Empecé a trabajar con él, permitiéndome que pudiera pagar un piso. Estoy cerca del trabajo, pero también de la montaña, no sólo de pistas, sino también de terreno más salvaje y técnico. En mi día a día, cualquier hueco que tengo, lo aprovecho para entrenar. Por cómo está estructurada Andorra, me lo puedo permitir al no tener grandes distancias. También ayuda mi horario laboral. Trabajo por las tardes, así que siempre tengo luz, voy en contra del tráfico y me puedo desplazar sin ningún problema. También tengo la suerte en el trabajo de que el jefe ha sido un atleta que ha competido en rugby y entiende el mundo de la competición. Cuando necesito días para competir y viajar, me los facilita. Tengo mucha suerte.

K: La que te mereces…

F: [Risas]. Tengo mucha suerte porque si no fuera así… En cualquier otra empresa no sería tan fácil y no me facilitarían la cantidad de días que necesito, sobre todo para el esquí. Hay temporadas en las que no hago una semana completa de trabajo. Me lo permiten y eso me ayuda un montón.

K: ¿Vas entonces casi todos los días a la montaña?

F: Sí, a diario voy un poquito, y los fines de semana mucho más. Vivo aquí con mi pareja a quien le gusta mucho la montaña y el alpinismo. A mí, me gusta, pero me da gran respeto. Él tira de mí y hacemos salidas más técnicas, alguna vía larga, alguna canal… Me está ayudando mucho a soltarme y a mejorar a grandes pasos.

K: No sólo haces esquí y corres, por lo que veo.

F: La verdad es que el motor siempre lo he tenido entrenado porque puedes hacerlo en cualquier sitio, pero la parte técnica, que nos encontramos mucho en carrera y que marca la diferencia en los resultados, aquí estoy mejorándola mucho porque tengo gente que tira de mí. También el medio, claro. Es muy diferente a lo que tenía en Madrid. 

K: Aquella vez que hablamos me decías que querías ir poco a poco en tu evolución como deportista, en invierno con el esquí de montaña y en verano con el trail, para tener una vida deportiva larga en la montaña. Veo que lo vas cumpliendo. Esa es la impresión que me da. Aunque tienes resultados muy buenos, no parece que vivas obsesionada con ellos. La montaña sigue siendo para ti algo que va más allá. 

F: De eso me he dado más cuenta cuando me he puesto a trabajar. Cuando estudias, trabajas o haces algo serio, entiendes que el motivo por el que practicas el deporte es que te encanta, no porque pienses que puedas vivir de esto, que es muy difícil. Estoy viendo a mucha gente que se obsesiona y piensa que sólo existe la competición, olvidándose de disfrutar, metiéndose presión y sobre entrenándose. Al final, terminas lesionado y quemado y te retiras de la competición. Para mí, con el trabajo, ir a entrenar es como el premio. Voy con muchísimas ganas. Aunque sólo saque una hora, es un tiempo en el que hago muchísima calidad. Me lo pide el cuerpo y me encanta. No puedo cansarme porque no es lo único que hago durante el día. Haciendo menos, noto que mejoro, que hago mejores resultados que cuando tenía más tiempo y me obsesionaba con acumular horas. No sé si tiene que ver, pero para mí es así. 

 

 

 

K: El otro día estuve hablando con tu compañero en La Sportiva, Isaac Barti. Me encantó su forma de entender la competición y la vida en general. Un chaval que podría ser de los mejores del mundo si sólo corriera, pero que prefiere hacer multi actividad porque es lo que realmente le gusta. Me decía que para él las carreras no eran un fin, sino simplemente un medio para mantenerse en forma y feliz, y que por tanto le daba igual correr una prueba de prestigio que otra más normal. Vi que era consciente de que si dedicara todo su esfuerzo a entrenar para las carreras de montaña, podría llegar mucho más lejos, pero que prefería seguir con ese estilo de vida que le lleva a unos días estar escalando, y otros esquiando o haciendo cualquier cima en Pirineos o Alpes. Me gustó mucho. Ha ganado muchas cosas, como tú, pero es su opción de vida.

F: Isaac es un ejemplo. Ves que siempre se lo está pasando bien y que no se deja influenciar porque le salga un resultado malo. Es un tío que lleva mucho tiempo y que siempre está ahí.

K: ¿Y tú, Fátima? Creo que tenéis cosas en común. Como te he dicho, me da la impresión de que para ti la competición no es lo más importante.

F: Bueno, no me obsesiono, aunque me hace ilusión conseguir buenos resultados, como a todos. Pero veo que hay cosas más importantes en la vida. Si ganas, estás contento ese día, pero luego se olvida. Es algo que nunca me ha preocupado ni obsesionado.

K: ¿Le das más importancia a la temporada de esquí que a la de trail?

F: Creo que ahora mismo, sí. Cuando empecé a hacer skimo, me dio la sensación de que tenía mucho más margen de mejora que en el trail. Me han motivado mucho esas posibilidades de superación. Era patosa. Ahora me tiene más enganchada el esquí.

K: Donde sí compites a nivel internacional…

F: Sí. Te tienes que ganar la plaza en cada carrera, pero bueno… A las que me llevan, intento hacerlo lo mejor posible.

 

 

 

K: En trail no te planteas hacer circuitos como las Golden Trail World Series o las Skyrunner World Series, sino que vas a carreras que tienes más cerca, que el tiempo te deja… ¿Me equivoco?

F: Es así. Me gusta mucho y hago carreras muy bonitas, pero para desconectar un poco. Me dan la excusa para tener el cuerpo activo y entrenar, pero hago sólo pruebas que realmente me apetecen. En esquí, sí que voy a algunas que me dan pereza, pero las hago porque quiero clasificarme para otras.

K: ¿Cómo te planteas tu temporada de esquí que acaba de empezar?

F: He empezado la temporada de esquí con muy buenas sensaciones. En la primera prueba de la Copa de España en Sierra Nevada me encontré muy bien en general. Fuerte, motivada, contenta… [Fátima fue segunda tanto en la modalidad Sprint como en la Vertical]. Creo que puedo hacer una muy buena temporada. Intentaré clasificarme para todas las pruebas de la Copa del Mundo que pueda, y aprovechar que los Campeonatos de Europa son en Boí Taüll, cerca de casa. Haré también un par de carreras más técnicas que son en pareja y en las que me divierto mucho. La temporada de esquí se acaba pronto. Es corta, pero intensa.

K: ¿Cuáles son esas carreras más técnicas? ¿Hablas de Mezzalama o Pierra Menta?

F: Sí, también aquí en los Pirineos, la Vall Fosca, que la recomiendo a todo el mundo porque es de las mejores carreras que he hecho en mi vida. También me gusta mucho la Andorra Skimo, que va de Sant Juliá a Arcalís, todo por montaña. Para las más grandes de las que me hablas, como Mezzalama o Pierra Menta, prefiero esperar a ver cómo va la temporada y si me cuadran las fechas. Me hace ilusión hacerlas, pero hay que ver el calendario y cómo estoy de cansada. Son viajes muy largos y me da un poco de apuro pedir tantos días libres en el trabajo. Voy un poco sobre la marcha, Juanmi. Si cuando llegue el momento me hace ilusión y me siento fuerte, lo intentaría.

K: ¿Y la temporada de trail?

F: Quiero hacer sobre todo carreras verticales. Quería estar en el Campeonato de España [12 marzo 2022 en Ladrillar (Cáceres)], pero este año lo han colocado en medio de la temporada de esquí. Es imposible para mí. Me haría ilusión porque va gente muy buena y puedes comprobar cómo estás. Además, después del esquí, te sientes muy ligero y has hecho mucho volumen. 

K: ¿Y otro tipo de carreras, aunque no sean tu prioridad? Te planteas hacer Zegama, L’Olla de Núria…

F: Estoy más centrada en vertical, pero esos ejemplos que me has dado son justo las carreras que me apetece hacer. L’Olla de Núria, aunque ya la haya hecho, quiero repetirla. Es muy bonita. También disfruto mucho las carreras por etapas, aunque sean agotadoras. Me gusta ir con alguien, avanzando en el recorrido durante varios días… Carreras que me van apeteciendo. En cuanto a circuitos, pienso que, si compites todo el año, tienes que hacer una temporada más light que la otra porque si no te revientas, y ahora casi priorizo la temporada de esquí. Hay que elegir y ahora mismo esa es mi preferencia.

K: Es lo que te decía. Para ti el objetivo prioritario no es la competición, sino disfrutar del camino.

F: Sí, pasártelo bien. Cuando cambia esto, caes en el agujero.

K: Llevas ya mucho tiempo con La Sportiva. Cuando hablamos en 2017, llevabas un año. Era tu último sub-23, creo. 

F: Ya me he hecho mayor. [Risas].

K: ¿Te siguen tratando como una princesa?

F: [Risas]. Sí, siempre ha sido así. En La Sportiva, me han llevado desde el principio de la manita. Me han ayudado un montón y apoyado siempre. Nunca me han presionado. Estoy feliz con ellos. Y también con el material, que es muy importante. Todo se adapta muy bien a mi forma de competir. Está el trato y el material que utilizo para entrenar y competir. No puedo estar más contenta.

K: Y ya eres una veterana en el equipo…

F: Me voy haciendo vieja.

 

 

 

K: ¿Qué tal es tu relación con los más jóvenes? Sé que no hace mucho os reunisteis todo el equipo en el Ventosa. ¿Se apoyan en ti? ¿Les das consejos?

F: Eso fue algo muy bonito por parte de La Sportiva. Al final, el equipo está unido, pero cada uno somos de un sitio diferente y no tenemos la oportunidad de vernos mucho. En estas concentraciones, sí que nos reunimos y lo pasamos muy bien. No estamos hablando para nada de resultados ni de carreras. Todos vamos a disfrutar, a desconectar, a probar material y a entrenar. Sales muy motivado de ahí.

K: ¿Te ves reflejada en los más jóvenes? ¿Los ves como estabas tú hace tres o cuatro años?

F: Creo que quizás los veo mejor que yo. Tienen la cabeza muy bien amueblada. Van a hacer buenos resultados, pero conscientes de que es muy difícil vivir de esto. No se obsesionan y eso es clave para pasarlo bien y disfrutar del camino.

K: La relación entre los miembros de La Sportiva siempre ha sido así. Recuerdo que a ti te conocí en una L’Olla de Núria donde estabais todo el equipo con un ambiente espectacular. Coincidí con vosotros en la misma mesa en la cena y para nada se hablaba de la carrera del día siguiente.

F: Irati, Sujata, Arnau, Isaac… Ha pasado mucho tiempo. ¡Qué horror!

K: ¿De qué te sientes más orgullosa si miras hacia atrás?

F: Es una pregunta muy difícil. Correr lo he hecho toda la vida, aunque haya cambiado el asfalto por la montaña. No ha sido tan bestia como la evolución en el esquí. Tienes que aprender a bajar, las transiciones, moverte en muchos tipos de nieve… De mi evolución en este deporte estoy muy orgullosa. El miedo que tenía, ahora me gusta. Hago cosas que nunca me había imaginado. Escalar por una pared o bajar con los esquís por una canal. Eso es muy grande para mí. Me daba mucho miedo moverme por este tipo de entornos, y es algo que estoy superando a grandes pasos. De eso me siento orgullosa. He pasado miedo, pero he aprendido mucho. 

K: y si miras hacia el futuro… ¿Cómo te gustaría estar dentro de cuatro o cinco años?

F: Mejorando, disfrutando del proceso y con ganas de seguir haciendo este tipo de deporte. Espero no cansarme nunca y seguir practicando, aunque me retire de la competición.

 

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