12 Ago GRETA GARCÍA. Excelencia en la normalidad
El pasado deportivo de Greta García está vinculado a las carreras de orientación. En 2022, su nombre comenzó a sonar en el panorama nacional del trail tras una segunda posición en la Traveserina. En la parte final de la temporada pasada, la corredora asturiana fichaba por ASICS tras su paso por Asics Trail Elite Factory. Imaginamos que en la marca estarán realmente contentos. Este año, Greta se ha hecho con una segunda posición en la distancia maratón de Transgrancanaria, con un cuarto puesto en Chianti by UTMB y con una victoria en el pasado Campeonato de España en Trencacims. Charlamos con una corredora en donde la normalidad y la excelencia se dan la mano.
Por Kissthemountain
Greta: Hola, Juanmi. ¿Qué tal estás?
Kissthemountain: Muy bien, Greta. ¿Cómo andas tú? ¿Has entrenado ya hoy?
G: Sí, ya me lo quité de en medio. Madrugué y he estado corriendo un par de horas por la zona de La Rionda.
K: ¿Vives en Oviedo?
G: En Gijón, pero soy de un pueblo que se llama Infiesto.
K: ¡Ah! Lo conozco. Ahí es donde organizan el Memorial María Luisa, el certamen de fotografía y video de montaña y naturaleza. Trabajas como fisioterapeuta, ¿no?
G: Sí, en una clínica. Me permite organizarme para entrenar.
K: Greta, te iba a preguntar qué tal estabas del percance que sufriste en Trencacims, donde te proclamaste campeona de España, aunque imagino que ya te habrás recuperado del todo si hoy has entrenado dos horas. Me contó Marta [Martínez Abellán, también una excelente corredora con la que Greta entrena habitualmente] en una charla que mantuvimos con ella para el número anterior de Kissthemountain que sufriste síndrome compartimental. Cuéntanos un poco. Creo que es una dolencia que puede resultar muy grave.
G: Empiezo desde el principio. Todo fue a raíz del Campeonato de España por selecciones de la FEDME. La carrera fue en domingo. Por lo que sea, me di un golpe como de los muchos que te llevas en cualquier carrera. No fui ni consciente, pero me provocó un derrame que, digamos, en vez de salir hacia fuera, se quedó dentro de la pierna. A esto, hay que sumarle el viaje de vuelta en autobús de unas 12 horas desde Tarragona hasta Asturias. El lunes estaba normal. De hecho, bajé a trabajar andando. Me encontraba cansada, como después de cada carrera, pero nada más. Allí, en la clínica, empecé a notar un dolor en la cara externa y anterior de la pierna que no se me quitaba ni sentada ni tumbada. Me dije que ese dolor no era propio de una sobrecarga. Se lo comenté al compañero. Ya sospeché que podía ser algo complicado que, como sé algo de esto, era más propio de un trombo o de un síndrome compartimental. Sentía un dolor muy bestia que fue de 0 a 100 en muy poco tiempo. Ese mismo día, cuando terminé de trabajar, mi compañero me llevó a urgencias, al hospital. Pero no le dieron importancia. Me dijeron que no veían nada. Por la noche, no pude dormir. Al día siguiente, no movía el pie. Era como si se quedase colgando hacia abajo. Me di cuenta de que la cosa estaba yendo muy mal. A través del Dr. Maestro, un traumatólogo que tenemos aquí, me consiguieron una resonancia y una ecografía de urgencia en la que ya se vio que tenía el síndrome en el tibial posterior. Fui a urgencias otra vez y entonces me ingresaron. Pensaba que iba directa al quirófano. Me veía con una raja abierta de arriba a abajo. Me dijeron que antes probarían con medicación y que si no funcionaba me tendrían que abrir para drenar todo el líquido que había dentro. Afortunadamente, funcionó. Pasé la noche allí y por la mañana ya podía hacer con el pie el movimiento que no podía realizar el día anterior. Respiré, pero el susto todavía lo tengo dentro.
K: Cuando me lo dijo Marta, estuve informándome en Internet. Ya ella me dijo que salió todo bien, pero que ese síndrome puede ser realmente grave, que puede incluso ocasionar la muerte.
G: Eso es en casos muy extremos, pero lo cierto es que puede ser una situación muy grave si no se coge a tiempo.
K: ¡Qué susto! Pero, bueno, ya estás entrenando con total normalidad como si no hubiese ocurrido nada.
G: Sí, la semana pasada ya todo fue normal, con la intensidad habitual. La verdad es que desde que salí del hospital, no he tenido ningún síntoma más. Comenzamos con mucha precaución, sobre todo con rodillo y bicicleta. Fuimos muy poco a poco y no he notado nada en ningún momento, ningún síntoma raro ni nada de eso. La semana pasada ya fue una normal de entrenamiento. Creo que lo podemos dar por olvidado.
K: Y todo eso por un simple golpe…
G: Sí, de hecho, mirando fotografías de la carrera, se veía que cuando entro en meta tenía un hematoma como queriendo salir. Al final, fue un cúmulo de cosas por las que nunca pasa nada, hasta que ocurre. Corres, te quedas de pie, no bebes lo necesario, no duermes lo suficiente, te montas en un autobús con las piernas colgando en la misma posición durante 12 horas, al día siguiente vas a trabajar…
K: Esas 12 horas en autobús… Al menos irías contenta por ser campeona de España. ¡Lo que es la vida! Te da una de cal y otra de arena. Antes de llamarte, he estado echando un vistazo a tu palmarés. Este año, además de esa victoria en el Campeonato de España en Trencacims, te hiciste con un cuarto puesto en Chianti by UTMB, en la Toscana, y con un segundo en la maratón de Transgrancanaria. El año pasado, ganaste en la Traveserina, haciendo récord. El anterior, en 2022, también hiciste segunda en esta misma carrera. No veo ningún resultado anterior a 2022. La primera carrera de la que encuentro registros es de ese año, en el Trail Peñamayor, en Asturias. Comenzaste tarde a correr por la montaña, ¿no?
G: Sí, alguna carrera por Asturias había hecho ya, pero comencé tarde. Me dedicaba más a las carreras de orientación.
K: ¡No lo sabía! Como los corredores Antonio Martínez y Andreu Blanes. ¿Se te daba bien?
G: Alguna medalla tengo.
K: Viendo los resultados que te he dicho, corrígeme si me equivoco, pero me da la impresión de que te manejas muy bien en carreras técnicas. Te lo comento por tus dos podios en la Traveserina, en Picos de Europa, que todos sabemos que fácil y corredera no es. También por el de la Transgrancanaria. Se dice que es una carrera rápida, pero tiene partes realmente técnicas.
G: Sí, las dos bajadas y la parte final por el barranco son muy complicadas. Hay que tener mucho cuidado e ir muy concentrada. A la mínima, se te puede ir un pie. Creo que me manejo mejor cuando las carreras son más técnicas.
K: ¿Y en qué puntos crees que tienes margen de mejora?
G: Pienso que mi punto débil está en las transiciones, cuando hay que correr rápido. Cuando vienen dos kilómetros en los que puedes moverte con velocidad, si tú vas a 04:45 y tus rivales a 04:30 se nota muchísimo. Me ocurre esto mismo en las subidas que son tendidas, en las que se puede correr. Si alguien lleva un ritmo más rápido que el tuyo, en dos o tres kilómetros, supone mucha pérdida. En las subidas que hay que hacer caminando, voy bien, pero, definitivamente, en los tramos más llanos y en las subidas que permiten correr, veo que tengo mi punto débil.
K: ¿Y estás trabajando para mejorar en este aspecto? ¿Haces entrenamientos en pista, por ejemplo?
G: Sí, hago trabajo de intensidad para mejorar esto. Al final, es importante seguir trabajando en lo que tenemos bueno, pero creo que sobre todo hay que machacar las debilidades para poder mejorar.
“Me di un golpe como de los muchos que te llevas en cualquier carrera. No fui ni consciente, pero me provocó un derrame. Empecé a notar un dolor en la pierna que no se me quitaba ni sentada ni tumbada. No era propio de una sobrecarga. Sospeché que podía ser algo complicado, que era más propio de un trombo o de un síndrome compartimental. Sentía un dolor muy bestia que fue de 0 a 100 en muy poco tiempo. Ese mismo día, mi compañero me llevó a urgencias. Me veía con una raja abierta de arriba a abajo. Me dijeron que antes probarían con medicación y que si no funcionaba me tendrían que abrir para drenar todo el líquido que había dentro. Afortunadamente, funcionó. Respiré, pero el susto todavía lo tengo dentro”.
K: ¿Lo estás notando?
G: Sí, sí, sí. Antes no corría tan rápido como lo estoy haciendo ahora.
K: Me gustaría que habláramos de tus planes para esta temporada. El hecho de participar en el Campeonato de España hizo que no pudieras estar en las dos pruebas inaugurales de las Golden Trail World Series, en Japón y en China. ¿Fue una decisión difícil de tomar para ti?
G: Fue una decisión rápida. Hubo un momento en el que se me pasó todo por la cabeza. Me planteé si hacer Skyrunner World Series o las Golden Trail World Series, pero me dije que ya habría tiempo. Acabo de empezar en esto y no es bueno querer estar en todos lados. Tenía una idea de calendario a finales del año pasado y más o menos la estoy respetando. Es verdad que al fichar por ASICS se me abrió la posibilidad de correr en Transgrancanaria y en Chianti. Esa fue la modificación que hice. Al principio, me planteé hacer Skyrunner World Series, pero me vi con un calendario con muchísimas carreras. Me dije que no, que había que hacer las cosas con cabeza este año. El Campeonato de España salió bien y ahí está el próximo Campeonato del Mundo. El año que viene ya correremos algún circuito privado o me concentraré en otras cosas, pero creo que todo tiene que ir a su debido tiempo, y no querer, en mi primer año como semi profesional, digámoslo así, correrlo todo, porque al final, sabemos cómo acaba eso.
K: Me parece muy inteligente por tu parte. Lo fácil sería dejarte llevar tras el excelente arranque de este año en Transgrancanaria, Chianti y Trencacims. ¿No vas a UTMB tampoco?
G: Tengo ahora en julio una carrera “by UTMB”, en Córcega [Restonica Trail – UltraTrail di Corsica]. Sí que tengo dorsal para la OCC, pero lo que pasa es que es una semana antes del mundial y, al ir con la selección española, no puedes hacer la carrera de UTMB. Cuando gané el Campeonato de España y abrírseme las puertas del mundial, llegó el dilema. Lo hablaba con mi entrenador. Él me dijo: “bendito problema”.
K: ¿Quién es tu entrenador?
G: Roberto Montes.
K: Al final, la decisión de hacer el Campeonato de España te salió perfecta. Me gustaría que me contases qué se siente en los últimos metros, o en el kilómetro final, cuando sabes que, si no te pasa nada, vas a ser campeona de España. Además, en una carrera de prestigio como Trencacims. No sé si llegas a llorar de la emoción.
G: Al final, cuando vas a entrar en meta, la cabeza, al menos la mía, no va pensando en nada. Iba gritando con los compañeros de la selección asturiana que los tenía por ahí desperdigados por el pueblo. Cuando entras, ya sí que viene toda la emoción. Claro que lloro. Es la recompensa a todo el trabajo y el esfuerzo que llevas haciendo en la primera mitad de año. Al final, son muchas horas las que dedicas a esto. Luego, también, está pensar en la gente que no te ha podido acompañar. Al ser en Tarragona, no estaban ni mi familia, ni mi pareja ni los amigos. Piensas un poco en todos los que están lejos y que en el día a día lo sufren contigo, igual o incluso más. Ahí, es cuando vienen todas las emociones. Es una alegría muy grande, y dentro de esta está el llanto, pero de emoción.
“Me planteé si hacer Skyrunner World Series o las Golden Trail World Series, pero me dije que ya habría tiempo. Acabo de empezar en esto y no es bueno querer estar en todos lados. Tenía una idea de calendario a finales del año pasado y más o menos la estoy respetando. Es verdad que al fichar por ASICS se me abrió la posibilidad de correr en Transgrancanaria y en Chianti. Esa fue la modificación que hice. El Campeonato de España salió bien y ahí está el próximo Campeonato del Mundo. El año que viene ya correremos algún circuito privado o me concentraré en otras cosas, pero creo que todo tiene que ir a su debido tiempo”.
K: Me imagino. Y luego, estará el momento en el que te quedas sola… No sé, en la ducha o en cualquier otro sitio, cuando te dices que lo has conseguido.
G: Eso me pasa cuando llego a casa. Al final, en el viaje de vuelta la gente te llama, las redes sociales están que arden. Pero es como tú dices. El momento en el que te quedas sola es muy intenso. ¡Soy campeona de España, joder! En este caso, fue a la semana siguiente, cuando salí del hospital y llegué a casa. Como me pilló todo a contrapié, tenía incluso la ropa sin recoger. Cuando cogí la medalla de campeona de España para ponerla en la vitrina donde cuelgo los trofeos… Ahí fue casi donde lo empiezo a pensar y a ser consciente de todo.
K: Claro, tuviste mala suerte con lo del síndrome compartimental, pero, una vez pasado, eso no te lo quita nadie.
G: Sí, ya estaba olvidado. Ahí lo saboreé.
K: Greta, me alegré muchísimo por ti. Te sigo mucho por redes y me gusta la normalidad con la que manejas todo.
G: Gracias, Juanmi.
K: El año pasado es cuando entras en ASICS a través del ASICS Trail Elite Factory, junto a Miguel Benítez y Diego Menéndez. ¿Qué ha supuesto para ti? Imagino que mentalmente es un extra el ver que una marca como ASICS apuesta por ti y que de repente tienes de compañeros de equipo a gente como Andreu Simon, Sara Alonso o Núria Gil, por citarte algunos, o Dimas Pereira, quien creo que también es asturiano.
G: Sí, es asturiano. Al final, fue una alegría muy grande, además de una ayuda fundamental. Antes te decía que pude correr Transgrancanaria a raíz del fichaje. No me obligaron ni mucho menos, simplemente me dieron esa posibilidad como con otras carreras. Eres libre de correr lo que quieras, organizarte el calendario… Estoy muy a gusto. Me ayudan si necesito un dorsal, me resuelven dudas, si necesitas un médico, lo ponen a mi disposición… Lo único que tienes son posibilidades. También está el tema de los viajes. Ir a la Toscana, a correr Chianti by UTMB, es el dorsal, el desplazamiento, el material…
“Al final, cuando vas a entrar en meta, la cabeza, al menos la mía, no va pensando en nada. Iba gritando con los compañeros de la selección asturiana que los tenía por ahí desperdigados por el pueblo. Cuando entras, ya sí que viene toda la emoción. Claro que lloro. Es la recompensa a todo el trabajo y el esfuerzo. Luego, también, está pensar en la gente que no te ha podido acompañar. Al ser en Tarragona, no estaban ni mi familia, ni mi pareja ni los amigos. Piensas un poco en todos los que están lejos y que en el día a día lo sufren contigo. Ahí, es cuando vienen todas las emociones. Es una alegría muy grande, y dentro de esta está el llanto, pero de emoción”.
K: ¿Y mentalmente? Es más a lo que me refiero. Imagino que entrar en un equipo así, ver que confían en ti, que estás rodeada de compañeros que no tienen por qué ser más que tú… Supongo que será como un extra de confianza.
G: Sí, claro. En el training camp que tuvimos hace no mucho te ves con compañeros como esos que me has nombrado, o con Maude Mathys, y te dices que algo estarás haciendo bien, ¿no? [Risas].
K: Greta, ya casi terminamos. Me gustaría que me contarás sobre tu forma de afrontar la competición. ¿Eres de las que le gusta salir en cabeza para ver que estás dentro del juego o haces tu carrera sin importarte el resto? ¿Te gusta ir de menos a más? ¿Cómo te afecta que en una salida, en la que tienes todas las aspiraciones, tres o cuatro chicas se marchen por delante? ¿Te pones nerviosa? ¿Cómo gestionas estas situaciones?
G: Soy bastante tranquila a la hora de competir. Es algo que trabajo con mi entrenador. Intento correr de menos a más. En la salida, evidentemente, te vas a poner a más pulsaciones, pero nunca salgo a lo loco, a decir aquí estoy yo, porque eso seguro que pasa factura. Salgo a hacer mi carrera, independientemente de la gente que haya a mi alrededor. Lo hablaba hace poco con Marta [Martínez Abellán] y se reía diciendo que me da igual si tengo al lado a Gemma Arenas o a Theres Leboeuf… [Risas]. La verdad es que sí. Yo salgo ahí con mis piernas, mi reloj, mi pulsómetro, sabiendo lo que tengo dentro y lo que puedo dar de mí. Ya está. Creo que gestiono bien las carreras. Me da igual que salgan 15 a fuego delante. Yo voy según lo planificado hasta el final. En la Trencacims, por ejemplo, Bel Calero se fue por delante. Era normal pues empezaba con 800-900 metros de desnivel positivo y ella es muy buena en este aspecto de la competición. Yo hice la subida al ritmo que sabía que podía mantener. Pensaba que, si ella era capaz de aguantar ese ritmo hasta el final, implicaba que estaba mejor que yo. Voy midiendo, controlando las pulsaciones… Tenía previsto empezar a apretar más o menos a mitad de carrera. En el kilómetro 18 aproximadamente la adelanté. De ahí a meta, di todo lo que tenía.
K: ¿Vas controlando en todo momento las pulsaciones?
G: Más o menos. Me hago pruebas de esfuerzo todos los años y no es que vaya todo el tiempo mirando el reloj, pero si veo que llevo cinco minutos a 180 pulsaciones, entonces trato de bajar el ritmo y tranquilizar todo un poco.
K: ¿Cuáles son tus pulsaciones máximas?
G: En la última prueba de esfuerzo, llegué a 193, pero son mantenidas unos segundos, tampoco realmente las máximas.
“Más o menos trato de mantenerme en el umbral, antes de pasar de zona aeróbica a zona anaeróbica. Yo lo tengo a 174 pulsaciones. Por encima de ahí, puedo estar un rato, cinco o 10 minutos, pero de una forma puntual. Mucho tiempo más es peligroso. En la salida, por ejemplo, sé que me pondré por encima porque vas rápido para buscar tu sitio. O en algún repecho que tienes marcado en rojo para apretar porque piensas que la carrera se puede decidir ahí. Pero durante el resto, tengo que estar por debajo porque de lo contrario no aguanto. En Trencacims, me salieron de media 167 o 168 pulsaciones. Es mi zona 3, que es donde me muevo en las carreras, con paso a zona 4 en momentos muy puntuales”.
K: Y en una carrera de, no sé, 30 kilómetros o cualquier otra, ¿cuáles no puedes pasar?
G: Más o menos trato de mantenerme en el umbral, antes de pasar de zona aeróbica a zona anaeróbica. Yo lo tengo a 174 pulsaciones. Por encima de ahí, puedo estar un rato, cinco o 10 minutos, pero de una forma puntual. Mucho tiempo más es peligroso. En la salida, por ejemplo, sé que me pondré por encima porque vas rápido para buscar tu sitio. O en algún repecho que tienes marcado en rojo para apretar porque piensas que la carrera se puede decidir ahí. Pero durante el resto, tengo que estar por debajo porque de lo contrario no aguanto. En Trencacims, me salieron de media 167 o 168 pulsaciones. Es mi zona 3, que es donde me muevo en las carreras, con paso a zona 4 en momentos muy puntuales.
K: Greta, me ha gustado mucho hablar contigo. Mucha suerte en esta temporada. Cuando te vea en alguna carrera, te saludo y así ya me pones cara.
G: Perfecto, Juanmi. Muchas gracias a vosotros.
VER EN FORMATO REVISTA