IKRAM RHARSALLA. OCC-UTMB desde dentro

IKRAM RHARSALLA. OCC-UTMB desde dentro

IKRAM RHARSALLA. OCC-UTMB desde dentro

 

La progresión de Ikram Rharsalla en los dos últimos años es innegable. Este verano, sin ir más lejos, ha brillado en carreras como la Marathon du Mont-Blanc, Giir di Mont, Sierre Zinal y, por supuesto, con el octavo puesto recién conseguido en la OCC de UTMB. La corredora de MILLET nos cuenta las claves de una carrera entre las que destaca su atrevimiento desde el inicio, sin guardarse nada como ha hecho en otras ocasiones, y su gestión mental, que la empujaba a mirar hacia adelante, nunca hacia atrás, incluso en la última subida a La Flégère donde sufrió un bajón físico. Ikram tiene todo el futuro por delante. Disfrutaremos de él.

 

Por Kissthemountain

 

 

 

Kissthemountain: Hola, Ikram. ¿Habéis llegado ya a casa de tu hermana? [Esta conversación tuvo lugar unos días después de que Ikram se hiciera con una muy meritoria octava posición en la OCC de UTMB. En su vuelta a Granada, se detuvo con su pareja, el también corredor Manu Anguita, a visitar a una de sus hermanas que vive en Francia].

Ikram: Sí, de hecho estaba preocupada por si mis sobrinas me habían bloqueado el teléfono. ¿Has tenido problemas para contactarme?

K: No, todo bien. ¿Quieren mucho a su tía?

I: Sí, un montón. Me decían justo antes de salir a rodar: “ánimo, corre, Ikram, corre” [Risas].

K: ¿Ya están las piernas totalmente recuperadas?

I: Sí, hoy es el primer día que salgo a correr desde la carrera. Hay alguna pequeña sobrecarga, pero en general están muy bien.

 

 

K: Ayer, cuando te llamé para quedar hoy para hablar, ya os comenté a ti y a Manu [Anguita] mientras ibais en el coche que lo que habéis logrado es increíble y que tenéis que estar muy orgullosos. Dos octavos puestos, Manu en la UTMB y tú en la OCC, no son nada fáciles de conseguir. Leía ayer una publicación que hizo Manu en sus redes sociales en la que comentaba que no todo había sido la carrera, sino también disfrutar del proceso que os ha llevado a pasar prácticamente un mes por los Alpes entrenando y escapando del calor de Granada. Decía Manu: “Sinceramente, los resultados son importantes y creo que han salido porque hemos disfrutado el día a día hasta el momento de nuestras competiciones, controlando las expectativas y, sobre todo, compartiendo algo realmente bonito”. Me gusta. Creo que refleja bien lo que debe ser este deporte. Mantenerte en la esencia ayuda a cumplir los objetivos. Y esto es importante y no tan fácil si vemos la cantidad de abandonos que ha habido en esta edición.

I: Así es. Al final, todos queremos que salga el resultado esperado, pero si únicamente te centras en él, puedes llegar a frustrarte mucho de no alcanzarlo, algo que es muy habitual. No siempre salen las cosas en el día previsto. Focalizarte únicamente en el resultado hace que si algo falla te sientas muy mal. Intentamos alejarnos un poco de eso. Evidentemente, tenemos sueños, cosas que queremos lograr y que ojalá consigamos, pero, independientemente de esto, hemos querido disfrutar del día a día, de todo lo que hacíamos. Alejarnos del calor del verano en Granada y venirnos a Chamonix a entrenar ha sido una pasada. Lo hemos disfrutado muchísimo, tanto corriendo como en bici. Yo era la primera vez que la cogía. Dejábamos el coche en algún sitio, hacíamos una ruta corriendo y luego, por la tarde, con las bicicletas, íbamos a recogerlo. Disfrutar nos ha hecho quitarnos mucha presión. Para conseguir algo importante, claro que tienes que esforzarte muchísimo. Eso no lo voy a negar. Debes seguir una estructura y una disciplina en todo, pero creo que es muy interesante que haya cierto margen de flexibilidad, porque de lo contrario puedes frustrarte si las cosas no salen como esperabas. Hay que tener claro que existen factores incontrolables. Puedes caerte, que te duela la barriga o incluso que haya gente mejor que tú. Puedes querer, tener muchas ganas, pero ese día hay 20 corredoras que también. Trato de que eso no me frustre. El deporte de élite es así.

K: Me gustaría que fuéramos al día de la carrera para que me contaras cómo la viviste tú desde dentro. ¿Cómo te sentías cuando te despertaste el día de la competición? ¿Mucha presión? Ya me dijiste que querías intentar meterte entre las 10 primeras.

I: Me desperté tranquila. Normalmente, la noche de antes me pongo muy nerviosa y no soy capaz de dormir. Le doy muchas vueltas a la carrera, a los avituallamientos… Pero esa noche, sí que dormí. Pocas horas, pero algunas de sueño profundo. Al despertarme, sentía que había descansado. Estaba tranquila, seguramente porque durante todo el mes de preparación en Chamonix nos habíamos repetido mucho que íbamos a disfrutar del proceso, que la carrera era como un regalo extra y que si no salía bien no pasaba nada. Estaba mentalmente muy preparada. Tenía ganas de que llegara ese día porque la semana previa, la del tapering, es una constante e interminable espera.

 

“Al final, todos queremos que salga el resultado esperado, pero si únicamente te centras en él, puedes llegar a frustrarte mucho de no alcanzarlo, algo que es muy habitual. Focalizarte únicamente en el resultado hace que si algo falla te sientas muy mal. Intentamos alejarnos un poco de eso. Evidentemente, tenemos sueños, cosas que queremos lograr y que ojalá consigamos, pero, independientemente de esto, hemos querido disfrutar del día a día, de todo lo que hacíamos. Para conseguir algo importante, claro que tienes que esforzarte muchísimo. Eso no lo voy a negar. Debes seguir una estructura y una disciplina en todo, pero creo que es muy interesante que haya cierto margen de flexibilidad, porque de lo contrario puedes frustrarte si las cosas no salen como esperabas”.

 

 

K: ¿Cómo vives la salida? Termina la cuenta atrás y arrancáis. ¿Es un ritmo muy rápido? ¿Te ves bien de piernas?

I: Normalmente, intento correr de menos a más. Las salidas me cuestan y suelo ir lenta por precaución, pero este año tenía muy claro que quería apretarme más desde el principio, que, si me veía bien desde los primeros kilómetros, correría fuerte, sin retener de más aun siendo consciente de que eran 57 kilómetros. Si me tenían que adelantar al final, pues no pasaba nada, pero no quería quedarme atrás por miedo a no llegar, a que me pasara algo fruto de un sobreesfuerzo inicial. Sabía que tenía el volumen y que había trabajado muy bien. En la salida, yo estaba colocada en una segunda línea o incluso primera. Al principio, te arrollan, pero luego el camino se abre. Empecé a correr y veía que estaba en el grupo de cabeza. No era significativo porque en llano suelo ir bien. Dudaba de qué pasaría cuando comenzaran las primeras pendientes. Veía que algunas me adelantaban, pero que yo también pasaba a otras que eran muy buenas corredoras. Me motivé porque iba entre las 10 primeras, no entre las 30, como en otras carreras. Las sensaciones eran muy buenas. Podía correr todo el tiempo controlando. Si tenía que caminar en las subidas, no pasaba nada. En los descensos, que son mi fuerte, me lanzaba, intentando marcar la diferencia. Así, llegué al primer avituallamiento, en el kilómetro 7, en Champex-Lac. Iba bien colocada con el podio a pocos minutos o a nada, a diferencia de otras veces. Eso me animaba. No es lo mismo verte atrás que luchando por las primera posiciones, encontrándome además muy bien.

 

 

K: Siempre es muy positivo verte en la lucha, en las primeras posiciones, sintiendo que el cuerpo reacciona muy bien desde el principio. Cuando yo competía, esto era muy motivante. Sin embargo, hay otros corredores, como Antonio Martínez, por ejemplo, a quienes no les importa llegar a los primeros avituallamientos muy atrás en cuanto a su objetivo.

I: Entiendo lo que me dices. Es importante ver que vas delante, pero sintiendo que controlas la carrera. De nada sirve ir entre las tres primeras y que luego, a cinco kilómetros de meta, te adelanten 20. Creo que si estás en la lucha y en la parte final te adelantan dos o tres no pasa nada. Han tenido más fuerza que tú o han gestionado mejor la carrera. Antonio Martínez va de menos a mas, o, quizás, mejor dicho, mantiene el ritmo desde el principio hasta el final. Pero aunque pase el 20º por los primeros avituallamientos, realmente la cabeza la tiene a poca distancia. La densidad en los chicos es mayor y aunque aparezca muy detrás en las clasificaciones parciales, realmente los primeros no le sacan tanto. No puedes dinamitar la carrera en los primeros 10 kilómetros para arrastrarte el resto de la competición, pero con cierto control y ambición, intenté ir bien posicionada desde el principio. ¿Me entiendes?

K: Sí, claro. Sigue contándome tu carrera a partir de este avituallamiento.

I: Me veo corriendo junto a chicas que admiro, con muchísimo nivel y esto me motiva. Clémentine [Geoffray], Camilla [Magliano]… Me da un impulso grande para seguir apretando incluso en las subidas, que ya sabes que se me dan un poco peor. Y sigo con mi intención de no retener bajando y de jugar mis cartas, adelantando a corredoras sabiendo que quizás en las subidas sean ellas las que me pasen. Si saco una pequeña ventaja, pues eso que me llevo. Así hice. Estuve casi toda la carrera haciendo la goma con mi amiga Camilla, con Caitlin [Fielder]… Me pasaban en las subidas, pero en los avituallamientos me decían que estaban muy cerca, que estaba haciendo muy buena carrera. Estuve mucho tiempo en quinta posición, muy cerca de la cuarta. En la bajada hasta Argentière, adelanté a un par de chicas, dejé a alguna y contacté con otras. Sabía que me la estaba jugando. Es un descenso que se hace muy largo y donde se puede correr. Hice un gran desgaste, pero era consciente de que tenía que arriesgar. A Argentière llegué sexta, junto a Camille. Pasamos juntas por el avituallamiento y empezamos a subir hacia La Flégère. Había entrenado con ella y sabía que iba mejor que yo subiendo, por lo que mi intención era no perder mucho tiempo para tratar de recuperarlo en la bajada final. También era consciente de que me podían coger desde detrás otras chicas con las que había estado haciendo la goma. Al principio de la subida, me vi con muchas ganas y fuerza. Lo corría todo, pero a mitad de ella me quedé sin pilas. No podía correr en sitios que entrenando sí que me había marcado para hacerlo. Sabía, por los entrenamientos, dónde podía correr y donde tenía que andar. Camilla se fue para adelante y además vinieron por detrás como un tiro Dani Moreno y Caitlin Fielder. Intenté engancharme, pero no era capaz. Me propuse intentar coronar lo mejor posible, sin perder la esperanza en coger a alguna en el último descenso a Chamonix, sabiendo que ellas bajan muy bien también. Hicieron un carrerón y no pude.

K: ¿Cómo es ese descenso final? ¿Te viste con fuerzas?

I: Sabía que estaba bajando bien, quizás no tanto como me habría gustado, pero a un ritmo que me hacía pensar que por detrás tendrían que correr mucho para cogerme. De todas formas, sinceramente, no pensaba en lo que venía detrás, sino que tenía la esperanza de adelantar a alguien en la bajada. Al llegar a Chamonix, en las escaleras esas que se suben para cruzar la carretera, Manu me dijo que tenía que apretar hasta meta porque tenía muy cerca a la novena, a Rosa Lara, que es una grandísima atleta. En cualquier caso, mentalmente, para tratar de motivarme, seguía pensando en que quizás podría alcanzar a alguien. ¿Me entiendes?

 

“Normalmente, intento correr de menos a más. Las salidas me cuestan y suelo ir lenta por precaución, pero este año tenía muy claro que quería apretarme más desde el principio, que, si me veía bien desde los primeros kilómetros, correría fuerte, sin retener de más aun siendo consciente de que eran 57 kilómetros. Si me tenían que adelantar al final, pues no pasaba nada, pero no quería quedarme atrás por miedo a no llegar, a que me pasara algo fruto de un sobreesfuerzo inicial. Sabía que tenía el volumen y que había trabajado muy bien”.

 

K: Esos dos kilómetros finales por las calles de Chamonix deben de ser muy duros y a la vez muy bonitos, ¿no? 

I: Sí, aunque estés muy cansada, hay tanta gente animando que te impulsan. Te ayudan mucho. Intenté no relajarme e ir lo más rápido que mis piernas me permitían. ¡Madre mía, qué locura! Es una pasada. Para disfrutarlo. Y en meta ya fue el remate final, con Sara Alonso abrazándome, mi amiga Camille, Manu, la gente de MILLET… Fue muy emocionante.

 

 

K: Ya vi a Sara saliendo a tu encuentro…

I: Ella, entrenando juntas, me dijo que estaba muy fuerte, que podía hacer muy buena carrera, que me lo creyese. Ya sabes de la espontaneidad de Sara. Sus palabras me hicieron llegar a la carrera incluso más motivada y con más confianza. Que una persona como Sara te diga eso ayuda mucho.

K: Después de dejar la línea de meta, ya en la ducha, debe de ser un momento muy fuerte, de asimilación de lo que has logrado.

I: Cuando todo termina, hay como un sentimiento doble. Por un lado, de enfado conmigo misma por pensar que me había quedado sin fuerzas en la última subida y que si no hubiera sido así quién sabe en qué posición podría haber llegado. Aunque realmente, lo había dado todo. No me adelantaron en los últimos kilómetros. Fue a mitad de subida y aún quedaba bastante para meta. Pero, es como digo, ellas jugaron sus cartas y gestionaron muy bien su carrera. Al final, esto es deporte y esto son las carreras. Pero a la vez, estaba muy feliz por cómo había competido y por haber cumplido mi objetivo que era meterme entre las 10 primeras, algo que no era fácil. La cabeza es muy complicada y a veces sólo vemos lo malo, olvidándonos de lo positivo que fue mucho. Me dije esto y fui consciente de que, si bien había cometido algunos errores, tenía que estar contenta conmigo misma y ser generosa con mi actuación. Un octavo puesto con el nivel que había es muy buen resultado. También está el tiempo que he hecho, que es muy bueno. En el fondo, salió todo redondo y me sentí muy bien a nivel de cabeza. En todo momento, estuve motivada y eso no es fácil. Cuando sufrí el bajón físico, de pérdida de energía, en la subida a La Flégère, no pensaba en lo mal que estaba, sino en llegar arriba y tratar de recuperar posiciones. Eso no es fácil. Iba todo el rato mandándome mensajes positivos: no pasa nada, todas estamos cansadas, aprieta que puedes… Estoy realmente contenta con mi gestión mental.

 

“Cuando todo termina, hay como un sentimiento doble. Por un lado, de enfado conmigo misma por pensar que me había quedado sin fuerzas en la última subida y que si no hubiera sido así quién sabe en qué posición podría haber llegado. Pero a la vez, estaba muy feliz por cómo había competido y por haber cumplido mi objetivo que era meterme entre las 10 primeras, algo que no era fácil. La cabeza es muy complicada y a veces sólo vemos lo malo, olvidándonos de lo positivo que fue mucho. Me dije esto y fui consciente de que, si bien había cometido algunos errores, tenía que estar contenta conmigo misma y ser generosa con mi actuación. Un octavo puesto con el nivel que había es muy buen resultado”.

 

K: ¿Piensas que esta carrera te ha enseñado cosas? ¿Eres mejor corredora ahora que antes? ¿Te ayudará para las próximas carreras o cada una de ellas es un mundo?

I: Sí, tengo claro que cada carrera es diferente. Sé que he tenido el día a nivel mental, en general. Son pocos los días así. Puedes haber entrenado muy bien, pero en carrera muchas veces surgen aspectos complicados, o incluso a nivel interno puedes estar viviendo alguna situación personal que afecta mucho. Claro que he aprendido de esta carrera, porque aunque parezca que todo ha salido bien, he cometido errores que sé cuáles son y trataré de corregirlos. Sé que puedo salir más fuerte, pero también lo intenté en otras carreras y no funcionó. Cada carrera es un mundo y cada momento del deportista otro. 

 

 

K: Cuando me dijiste ayer que hoy pararías a ver a una de tus hermanas, leí la charla que mantuvimos hace algo más de un año en la que me contabas que tú eras la mayor de seis hermanos y que, mientras tu madre salía a trabajar, tú te quedabas cuidándoles e incluso cocinando para ellos con 11 años. Me decías que se unían contra ti para hacerte rabiar [Risas]. ¿Es consciente tu hermana de lo que estás consiguiendo? Me refiero a no sólo el fin de semana pasado, sino durante todo el verano en el que has brillado en la Marathon du Mont-Blanc, Giir di Mont o Sierre Zinal.

I: Sí, son conscientes, sobre todo dos de mis hermanas. Una ha estado toda la semana conmigo allí en Francia, animándome. La otra, con la que estoy ahora en casa con los dos peques, me estuvo siguiendo con el directo de la carrera y mandándome sus ánimos. Saben que esto no es fácil y que estoy luchando por mis sueños. Ellas lo disfrutan un montón conmigo.

K: Ikram, dos cosillas más y ya terminamos. ¿Dónde tienes previsto competir ahora? ¿Sigues con las Skyrunner World Series?

I: Ahora mismo, sinceramente, no sé qué voy a hacer. La idea inicial era seguir con las Skyrunner World Series, pero lo cierto es que las carreras en las que he participado no me han salido tan bien como me habría gustado. Además, después de una carrera como OCC hay que recuperar. Ahora toca volver a la rutina y demás. Hasta que no pasen un par de semanas no sé qué voy a hacer. Estoy apuntada a la Maratón de Ultra Pirineu, pero aún no tengo claro si correré o no. También, empiezo a trabajar ahora a mediados de septiembre. Quiero ir poco a poco para no agobiarme y ver cómo me adapto a mi nueva situación laboral.

K: Corriste la OCC con las Intense de MILLET, al igual que el año pasado. ¿Qué tal te fueron?

I: Conozco muy bien las zapatillas y sabía que funcionarían a la perfección. Son muy ligeras y eso es importante con todo el peso que ya llevas por el material obligatorio y la nutrición. Esto se agradece mucho. Además, como ya te he comentado alguna vez, son muy flexibles y doblan muy bien en la puntera, lo que es muy importante para mi forma de correr. En las bajadas, se comportan de forma genial, tanto en terreno técnico como en donde se puede correr más fácilmente.

 

“En el fondo, salió todo redondo y me sentí muy bien a nivel de cabeza. En todo momento, estuve motivada y eso no es fácil. Cuando sufrí el bajón físico, de pérdida de energía, en la subida a La Flégère, no pensaba en lo mal que estaba, sino en llegar arriba y tratar de recuperar posiciones. Eso no es fácil. Iba todo el rato mandándome mensajes positivos: no pasa nada, todas estamos cansadas, aprieta que puedes… Estoy realmente contenta con mi gestión mental”.

 

K: Ikram, me gusta mucho hablar contigo.

I: Es mutuo, Juanmi. Es como una charla entre dos amigos.

K: Te veo pronto en Granada. ¿Irás a la pista de atletismo este año?

I: Sí, cuando termine la temporada de montaña, me gustaría preparar algo de asfalto en donde aún no tengo marcas, por ejemplo, en un 10.000.  

K: Dale un fuerte abrazo a Manu.

 

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