LA SPORTIVA RODELLAR CLIMBING FESTIVAL 2023. Born to be climbing

LA SPORTIVA RODELLAR CLIMBING FESTIVAL 2023. Born to be climbing

LA SPORTIVA RODELLAR CLIMBING FESTIVAL 2023. Born to be climbing

 

Texto por Kissthemountain

SÁBADO 19:00-21:00

Patxi Usobiaga: Las redes sociales han supuesto una gran evolución en la escalada. Han facilitado la profesionalización de alguna manera. Pero también digo que, ahora mismo, tengo la impresión de que ya no hace falta ser el mejor en la roca, sino en las redes, para triunfar. Para bien y para mal. A nivel de rendimiento, en el aspecto deportivo, son un “churro”. Antes, si Iker y Eneko la liaban, o Citro u otros escaladores del mundo, esto les ponían en primera plana, en auge. Los que realizaban las mejores actividades se merecían estar en el lugar que ocupaban, tenían sus espónsores y podían vivir de este deporte. Hoy en día, no. Puedes ser el mejor y no obtener estas recompensas. Tenéis el mayor ejemplo en Ramon Julián Ramonet, un tío para el que no tengo palabras. En su momento, cuando surgieron las redes, Ramonet era el mejor. Cuando él fallaba, los demás podíamos ganar. Vio claro que no le gustaba este tema. Estar siempre en las redes, compartir, dar charlas, publicar fotografías para tener visualizaciones y followers… Tuvo claro que no era su movida y, lamentablemente, se quedó ahí. Era el mejor y sigue siendo una máquina, pero no ha querido adaptarse a las redes. Es una pena todo lo que eso le ha implicado al que para mí fue mi mayor competidor. Se quedó atrás; yo me adapté porque no tuve otra. Es muy triste. Como lo es el que hoy en día no tengamos tiempo ni para aburrirnos. Siempre estamos con el teléfono viendo qué y qué no hacen otros escaladores. Somos esclavos del algoritmo. Para poder vivir de este deporte, tenemos que estar ahí. No nos queda otro remedio. Da igual que hagas 9b, 9b+ o 9c. Siempre habrá alguien que se mueva mejor en redes. A nivel deportivo, esto ha sido un retroceso; a nivel profesional, lo ha petado. Hay gente que vive de ello, incluso monetizando las redes. Al final, se entra en una rueda en la que estás más a crear contenido o a estudiar a qué horas hay que postear, que centrado en la propia actividad. Como profesionales de la escalada, hay muchos otros valores que podemos aportar, aunque estemos ya un poco viejos. Estamos mayores y jodidos porque lo hemos dado todo a nivel de rendimiento y proyectos, y seguimos luchando por estar ahí, pero también hay que hacerlo contra la velocidad a la que van las redes. Eso es un poco triste. Todos estamos en ese lugar. Casi todos los que nos veis aquí hoy, tenéis un teléfono con Instagram y otras redes. Nos seguís, seguramente, y os lo agradecemos porque gracias a eso nosotros estamos aquí ahora. Pero sí que pienso que la evolución se ha olvidado un poco del deporte. Ya no podemos estar concentrados para entrenar o preparar un proyecto, para equiparlo. Ahora hay que compartirlo todo sobre la marcha. Fijaos en el Project Big de Jakob Schubert. Ha sido emitido en live streaming. Esto es ya lo último. Ahí, habrá que ir. Quien no lo haga, no será nadie. Esta charla va del paso del old school al new school… Imaginad en qué momento estamos. 

 

 

Carlos Logroño Citro: Instagram y las redes sociales mataron al papel. Ahora, las noticias duran 24 horas que es el tiempo que está tu publicación en las redes. Antes, el papel era una vez al mes, doce veces al año. Las revistas estaban siempre en los rocódromos y en otros lugares donde se podían leer. Era más fácil mantener tu imagen arriba. Ahora, como bien dice Patxi, hay que estar trabajándola día a día. Duele. Nos hemos tenido que amoldar a los nuevos tiempos.

Iván Wogü (moderador): Durante los días previos al festival, se han reequipado algunas de las vías de Gran Bóveda, aquí en Rodellar. Hay debate en cuanto al equipamiento cuando se compara con el que se hacía antes. Algunos prueban una vía de los años 80, y pueden incluso sentir miedo. Porque es old school, porque los seguros están lejos o mal puestos… ¿Ha cambiado la forma de equipar las vías?

Iker Pou: Sí que ha cambiado en ese sentido. Los seguros antes se ponían más separados. La escalada deportiva vino del alpinismo. Antiguamente, se buscaba más la aventura; hoy, la dificultad con seguridad. Por eso, los seguros, a poder ser, se colocan cerca unos de otros. Y si no, están las nuevas cañas que mucha gente lleva colgando. A mí, que soy de la vieja escuela, me da algo cuando veo a alguien probando una vía a vista y va con la caña detrás. Esto es parte de la evolución. Hoy, la gente busca más la seguridad. Antes, cuando escalábamos no era así. Recuerdo caídas muy fuertes cuando era más joven. Los seguros estaban a tres o cuatro metros y había pasos en donde no te podías caer. Esto ha cambiado. Se ha deportivizado todo mucho más en aras de la dificultad y en perjuicio de la aventura. Hoy, las vías son mucho más seguras y están mejor equipadas. No critico esto. Es otra modalidad. La transición ha sido total, de la montaña a la deportiva.  

 

 

Esto es un extracto de la charla debate que bajo el nombre de “Old School stories” se celebraba el sábado 23 a las 19:00 horas junto a la tienda que La Sportiva tiene en Rodellar. Moderada por Iván, el creador de Wogü, y con la participación de Iker Pou, Patxi Usobiaga y Carlos Logroño Citro, tres de los miembros más veteranos de La Sportiva Team, se iniciaba un debate sobre la evolución de la escalada. A esta charla, se unían por sorpresa dos pioneros, de cuando incluso no existía la escalada deportiva, como Eduard Burgada y Carlos García. Fueron muchos los temas que se trataron ante más de un centenar de personas que podían oír de cerca a algunos de los que seguro fueron, y son, sus ídolos en algún momento tras ese virus que nos convierte en fanáticos de la escalada. Al término de la misma, pudieron acercarse y fotografiarse no sólo con ellos, sino con el resto de los miembros del equipo de escalada de La Sportiva España y de La Sportiva Internacional, antes de cenar y prepararse para la fiesta que vendría a continuación.

Puedes oír la totalidad de la charla en el siguiente enlace.

SÁBADO 9:00

Con sol y un poco de viento que afortunadamente amainaría pronto, comenzaba una nueva edición que cada día atrae a más aficionados a la escalada. Junto al camping Mascún, y bajo la atenta mirada de la iglesia de Rodellar y de la sierra de Guara, los escaladores de La Sportiva, tanto del equipo nacional como del internacional, se hacían una fotografía. En sus rostros, la ilusión de quien sabe que va a pasar una jornada difícil de olvidar, escalando no sólo junto a sus compañeros, sino también con los cientos de aficionados que cada año marcan en rojo esta fecha para vivir algo excepcional.

La feria instalada junto a la tienda de La Sportiva también abría a esa hora. Allí, estaban presentes stands de Petzl, colaborador técnico del festival, Mammut, Singing Rock, Ferrino, Climbskin, Ticket to the Moon, Sinner, Monkey Feet, Betastic, 8bplus y algún otro que seguro que se me escapa. Desde muy pronto, los pies de gato de La Sportiva que el público asistente tenía la posibilidad de probar volaban. Una multitud ponía rumbo a los sectores para dejarse llevar por las emociones que el día iba a depararles.

La instalación de esta feria es algo que dice mucho de la evolución del Rodellar Climbing Festival. El hecho de que las principales marcas del sector se desplacen allí para mostrar sus novedades, también. Nos gusta. Seguro que en la próxima edición se unen muchas más en un evento que ya es una referencia en el mundo de lo vertical.

 

 

SÁBADO 10:00 – 18:00

Sonic Youth, The Jesus and Mary Chain, Björk, P. J. Harvey, Spiritualized, Primal Scream, Tindersticks, Yo La Tengo, Teenage Fanclub, Placebo, Luna, Los Planetas, Mogwai, Urusei Yatsura, Tortoise… No nos hemos vuelto locos. Esto no es una revista de música, pero, irremediablemente, como gran aficionado que fui al Festival Internacional de Benicàssim y a algún otro, viene a mi mente la comparación. Estos grupos son parte del cartel de la edición de 1998. Ha llovido ya. Ojalá la esencia que se respiraba en aquellos primeros años del festival se mantuviera hoy en día. Los asistentes a aquella edición pudimos disfrutar de lo que es, a mi juicio, uno de los carteles más espectaculares que han podido verse por estas latitudes… ¿Qué hubiese pasado si no sólo hubiéramos tenido el privilegio de verlos sino también de haber podido compartir una cerveza con alguno de los miembros de estas tremendas bandas?

 

 

Cambia los nombres de estos grupos por los de los siguientes escaladores: los hermanos Pou, Alberto Ginés, Patxi Usobiaga, Aida Torres, Mikel Linacisoro, María Benach, Julia Benach, Iziar Ichi Martínez, André Neres, Carlos Logroño Citro, Ana Belén Argudo, Stefi Troguet, David Palmada Pelut,  Jorg Verhoeven, Annak Verhoeven, Mina Markovic, Alessandro Larcher, Christian Bindhammer, Marco Cordin, Wolfgang Hell, Fabian Buhl, Larissa Arce, Marco Sappa, Anthony Gullstein, Erik Heldmann, Fay Manners, Franzisks Dietz, Angelina Rainer, Klaas Willens, Urko Carmona… Es posible que me deje algún nombre. ¿Te imaginas poderlos ver actuar en su escenario que no es otro que las paredes de Rodellar? Y no sólo eso. ¿Cómo te sentirías si pudieras tenerlos a menos de un metro de distancia, verlos calentar, comprobar su trato con el resto de compañeros, admirarte con su performance y luego poder compartir con ellos una charla? Eso es para el que escribe la esencia de La Sportiva Rodellar Climbing Festival. Para los fanáticos de este deporte esto es posible. Que no cambie nunca.

 

 

Dejando a un lado esta comparación que a algunos os habrá hecho pensar, además de sonreír, el festival contemplaba dos actividades programadas. Por un lado, a las 12:00, en la cueva de Alí Babá, Alberto Ginés, Patxi Usobiaga o María Benach, bajo la dirección del gran Julio Masip, los que allí se acercaron pudieron probar la experiencia No Edge en los pies de gato; por otro, a las 16:00, era el turno de Citro, Ichi o Ana Belén Argudo, quienes animaban a probar las rodilleras, tan útiles para progresar en paredes como las de Rodellar. Por cierto, al terminar este último workshop, se hacía el silencio para ver progresar a Citro, ayudado de sus rodilleras, por el techo de la cueva de Alí Babá. 

 

 

SÁBADO 22:30

Suenan los acordes sobre el escenario ubicado en el camping de Mascún. Son del grupo que ya es habitual en esta cita anual. Poco a poco, las primeras filas se van llenando. Por ahí, veo a Eneko Pou disfrutar como cada año. Ha dado comienzo la fiesta Climbing on the moon. Muchos de los asistentes van vestidos como en aquellos inolvidables años 80. Mallas de colores. Born to be wild. Born to be climbing.

Get your motor runnin’. Head out on the highway. Looking for adventure. In whatever comes our way. Yeah, darlin’ gonna make it happen. Take the world in a love embrace. Fire all of your guns at once. And explode into space. Born to be wild. Born to be wild. Born to be climbing.

 

 

 

 

 

 

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