26 Mar MIGUEL HERAS. El poder de la mente
Hablar de Miguel Heras es hacerlo de la historia de este deporte. Hace unas semanas, el atleta, de 48 años, entraba en segunda posición en la meta de la modalidad Classic de The North Face Transgrancanaria. No sorprendía a nadie. Llevábamos sin hablar con él para esta revista desde abril de 2017. Ha sido un buen momento para conocer su opinión sobre la evolución del trail running, tanto desde el punto de vista de los corredores y su profesionalización, como de las carreras. También, para hablar de su momento actual, con un nuevo proyecto, en JOMA, del que se siente plenamente ilusionado. Para él, lo más importante es la mentalidad, la cabeza, por encima de la edad que indique el carnet de identidad. Miguel es una inspiración para todos. Este deporte no sería el mismo sin el corredor de Béjar.
Por Kissthemountain
Miguel: ¿Qué tal, Juanmi? ¿Cómo andas?
Kissthemountain: Todo muy bien. Gracias, Miguel. ¿Y tú? Te vi en la pasada edición de The North Face Transgrancanaria, pero andabas muy liado rodeado por otros medios. Estuve esperando a ver si te pillaba en algún momento más tranquilo para saludarte, aunque al final nada. [Esta charla tuvo lugar unos 10 días después de que Miguel entrara en segunda posición en la modalidad Classic de la prueba canaria].
M: No te vi.
K: Estaba en la línea de meta cuando llegaste.
M: A veces, miro, pero no veo [Risas].
K: Además, te vi bastante perjudicado allí, con un gesto en la cara diferente al de otras veces. ¿Qué tal las piernas? Al final, es un esfuerzo físico de muchas horas. 126 kilómetros con unos 7.000 positivos, para los que empleaste algo más de 13 horas y media. Imagino que eso no se recupera de un día para otro.
M: La verdad es que de piernas he recuperado de forma óptima. Al día siguiente, no noté ni siquiera agujetas. Se ve que había entrenado bastante bien. Lo que ocurrió es que me torcí el pie en el kilómetro 60 aproximadamente, y me hice bastante daño. Y claro, quedaban otros 70, porque, al final, me salieron algo más de 130 kilómetros. Por eso me verías con mala cara en la meta. Tenía el tobillo bastante dolorido. Es lo que me ha hecho parar un poco en estos días. Estaba pensando en competir este fin de semana, pero finalmente no voy a hacerlo.
K: ¿Qué fue? ¿El típico esguince de tobillo?
M: No tan típico. Fue raro porque me lo torcí para adentro. Un poco tontería ya que fue en un tramo de asfalto. Iba con Miguel Arsénio y Zach Miller. Quise ajustar la intensidad del frontal para ahorrar batería y pisé una piedra que no vi. Pensé que se acababa ahí la carrera, pero llegué al avituallamiento, lo traté algo y decidí seguir a ver si se pasaba el dolor.
K: Miguel, la última charla que mantuvimos para esta revista fue en abril de 2017. Ahora que por fin te tengo de nuevo, me gustaría hacerte cinco o seis preguntas para que me hablases de tu paso por Transgrancanaria, de tu momento actual y de cómo estás viendo la evolución de este deporte, tanto desde el punto de vista de los corredores y su profesionalización, como del de las carreras, pero antes me gustaría preguntarte algo un tanto más personal. Este verano cumpliste los 48 años, si no me equivoco. No tienes nada que demostrar a nadie, pero quizás sí a ti mismo. Enfrentarte a una carrera como Transgrancanaria, a principios de año, con el cambio de equipo… ¿Suponía una especie de reválida para ti? ¿En algún momento te surgen dudas de si quizás tu cuerpo, por la edad, está llegando ya a un límite excesivo? No sé si me entiendes. No te lo tomes a mal que no te estoy llamando viejo. Yo cumplí el año pasado los 50 [Risas].
M: Se juntan varias cosas. La primera es la fecha en la que se celebra esta carrera. Es complicada. Por eso llevo tantos años sin ir. La Transgrancanaria me gusta mucho y, además, me une una amistad desde hace varios años con Fernando, de Arista, la empresa organizadora, ya que ambos venimos del mundo de los raids. Cada año me planteo volver a esta carrera, pero aquí, en Béjar, los inviernos no son fáciles para entrenar largas distancias. Eso siempre me lleva a echarme atrás. Al ser este invierno más suave, he entrenado muy bien, por lo que al fin he podido volver. La distancia es una que conozco perfectamente. Son unas horas de carrera que más o menos controlo. No son 100 millas que, quizás, supongan un nivel superior. El tercer punto a considerar es que había un nivel de corredores alto, pero de los que tengo referencias. Nos conocemos todos. Sé quién puede salir más rápido, o quien conserva más y va recuperando posiciones conforme avanza la carrera. No había una gran diferencia entre los 10 o 15 corredores que se dan como favoritos, como cuando viene un fuera de serie que se sabe que va a ganar. Respecto a la edad… No es algo en lo que esté continuamente pensando. No creo, aunque quizás me equivoque, que mi rendimiento vaya a bajar de un día o de un mes para otro. Había corrido hacía poco el Maratón del Meridiano que es una carrera explosiva, quizás demasiado corta para mí, con un cierto nivel, y pude ganarla. Sabía que mi estado de forma era bueno. Además, no estoy esperando que en un corto período de tiempo, o incluso de un año para otro, mi nivel vaya a bajar mucho. Creo que lo hará poco a poco. Por eso, como te digo, no es algo en lo que piense. Probablemente, vaya viendo cambios en mi cuerpo con el tiempo. Quizás llegue un momento en el que no pueda salir tan rápido, pero tal vez eso lo compense teniendo un mejor final. Siempre saco lo positivo de cumplir años, no lo negativo. Sé que no se hace con mala intención, sino todo lo contrario, pero se me recuerda continuamente mi edad. Yo lo veo como algo positivo. Poder seguir ahí es muy bueno. Piensa en el abanico de corredores a los que puedo motivar por el mero hecho de disputar las carreras con esta edad. Eso es algo que ahora mismo me llena mucho. Hay gente con algún año menos o incluso mayor que yo que pensará que si yo puedo, ellos también. Ese es uno de los aspectos que me motivan. No veo la edad como un inconveniente, y mucho menos cuando la carrera es de mayor distancia. Si me meto en un kilómetro vertical, que no entreno, seguro que me falta la chispa que tiene un chaval de 20 años, pero las diferencias se acortan cuanto mayor es la distancia.
K: Mientras puedas seguir entrenando bien a tu ritmo, no tiene por qué bajar tu rendimiento de manera rápida. Quizás la pérdida se produciría si tuvieras un gran parón por una lesión importante.
M: Así lo veo yo.
“Siempre saco lo positivo de cumplir años, no lo negativo. Sé que no se hace con mala intención, sino todo lo contrario, pero se me recuerda continuamente mi edad. Yo lo veo como algo positivo. Poder seguir ahí es muy bueno. Piensa en el abanico de corredores a los que puedo motivar por el mero hecho de disputar las carreras con esta edad. Eso es algo que ahora mismo me llena mucho. Hay gente con algún año menos o incluso mayor que yo que pensará que si yo puedo, ellos también. Ese es uno de los aspectos que me motivan”.
K: Ahora, ya sí que me gustaría entrar a hablar un poco de evolución de este deporte. Empecemos por las carreras. Quizás podamos apoyarnos en la Transgrancanaria. Si no me equivoco, en 2010 fue tu primera participación en esta prueba, que además ganaste. En aquel entonces, te acompañaron en el podio Arnau Julià y Adolf Aguiló. Ha llovido ya. ¿Cómo estás viendo la evolución de las carreras?
M: Hay dos partes principalmente. Por un lado, el nivel de los corredores; por otro, las pruebas y su organización. Las carreras en sí son un espectáculo diferente. Antes eran eventos que movían gente simplemente porque venían familiares y conocidos. Ahora, todo se ha magnificado. Es un deporte que atrae cada vez a más masa de personas. Eso es muy favorable y positivo para el trail. El espectáculo que genera no es el mismo que el de hace 14 años. Las organizaciones se han adaptado a estos cambios a medida que han ido pasando los años para no quedarse atrás. Ahora, por ejemplo, las más importantes son las que se pueden emitir en directo. En ese aspecto, las carreras han ido evolucionando para mejor. El nivel de corredores y de participantes va a la par. Si en 2010 éramos 10 locos los que pretendíamos hacer ciento y pico kilómetros corriendo toda la noche y atravesando la isla, hoy en día, casi todo el mundo conoce este deporte. Ya no hay 10, sino cientos de locos entre los que están 20 más fuertes que van a disputarla. Hoy se corre todo el tiempo, no basta con mantenerte con fuerza hasta el final para ganar. El nivel ha subido muchísimo y, sobre todo, lo que más he visto en estos años es que ya hay atletas que consideran el trail running como su primer deporte. En mi caso, tanto yo como Arnau Julià, a quien has mencionado, veníamos de los raids de aventura. Nos conocíamos de allí y probábamos este otro deporte porque era similar, de resistencia, a ritmos lentos, pero continuos. Casi todos veníamos de otras disciplinas. Ahora ves a gente de 19 o 20 años que asumen este deporte como el principal. Eso es muy bueno y lleva el nivel de las competiciones a un lugar muy alto.
K: Debe de ser bonito para ti volver a la Transgrancanaria después de 14 años.
M: Volví después de aquella vez, pero andaba con una lesión, creo que en el tibial. Como ya tenía todo organizado, en cuanto a vuelos y hospedaje, decidí salir. Se comenzaba con un kilómetro vertical. Podía subir, pero no bajar. Hice únicamente la primera parte.
K: Lo que te decía es que para ti debe de ser muy especial haber visto la evolución de la Transgrancanaria, más por la amistad que tienes con Fernando, que desconocía. Se ha convertido en una prueba muy importante, que recuerda que hay vida más allá de UTMB. Es un monstruo de carrera, pero en el buen sentido.
M: ¿Sabes lo que más me gusta de Transgrancanaria? Que es un monstruo en el buen sentido, como dices, pero la esencia y el trato humano hacia los corredores no han variado, a pesar de tener a muchos más participantes con un gran renombre. Valoran al corredor como el primer día. Esa es la esencia de este deporte. Mantiene sus principios intactos.
K: No sólo es la forma en la que os tratan a vosotros, los corredores, sino también a la prensa. Pienso que es como un producto artesanal, hecho a mano, no el resultado de una producción en serie pensada para ganar dinero.
M: Estoy totalmente de acuerdo contigo.
“¿Sabes lo que más me gusta de Transgrancanaria? Que es un monstruo en el buen sentido, como dices, pero la esencia y el trato humano hacia los corredores no han variado, a pesar de tener a muchos más participantes con un gran renombre. Valoran al corredor como el primer día. Esa es la esencia de este deporte. Mantiene sus principios intactos”.
K: Sigamos hablando de la evolución de los corredores. Durante tus años de carrera, has visto pasar a todos los grandes nombres que a muchos nos han aficionado a este deporte. En esta edición, estaban Andreu Simon, Zach Miller, Miguel Arsénio, Abel Carretero, Shen Jiasheng, Andreas Reiterer, José Ángel Canales o Raul Butaci e Ionel Cristian Manole quienes te acompañaron en el podio. Raul, por ejemplo, sorprendió a muchos con su victoria. Probablemente se contaba con él para entrar entre los primeros clasificados, pero no para una primera posición en meta. Creo que esto dice mucho de la evolución de los corredores. Ya lo has comentado tú antes. Este deporte se va tomando mucho más en serio, de forma más profesional. Si volvemos a 2010, entiendo que en aquellas fechas no se sabía tanto sobre métodos de entrenamiento o estrategias nutricionales, por citarte un par de aspectos importantes en los que se ha evolucionado muchísimo.
M: Es lo que comentábamos antes. En 2010, este era un deporte de 10 locos en el que ganaba quien era capaz de llegar con fuerza al final. Ahora, todo se mide más al milímetro. Entrenamiento, nutrición, descanso… Cada aspecto está enfocado a poder ir rápido durante más de 13 horas. Ha habido un gran cambio de mentalidad. Del sálvese quien pueda, a tratar de ser veloz durante muchas horas, sin prácticamente bajones porque te pasan por encima. Todo eso se consigue afinando, porque al final las personas somos las mismas. Pasa en muchos otros deportes. Mira las marcas que se hacían hace 40 años en maratón cuando ahora se piensa en bajar de dos horas. Todo son detalles. En la nutrición, por ejemplo, antes era simplemente ir comiendo y comiendo para no quedarse vacío, mientras que ahora se habla de ingerir x gramos de carbohidratos por hora. Todo esto hace que el nivel de las carreras sea cada vez más alto.
K: Antes, te podías permitir una media pájara e incluso se andaba mucho más. Ahora, eso te deja fuera de carrera.
M: Sí, claro. Sin ir más lejos, después de la carrera, muchos, si no todos, rebobinamos para analizar lo ocurrido. En mi caso, en esta edición de Transgrancanaria, para ver donde se me fueron esos 10 minutos que me sacó Raul en meta. Al final, pienso que tuve dos momentos de bajón, ni tan siquiera pájaras, que me hicieron disminuir momentáneamente un poco el ritmo. Si tus rivales no lo hacen, al final se van 3 o 4 minutos que hoy son muy difíciles de recuperar, cuando antes ese tiempo no era nada en una carrera de más de 120 kilómetros. Mira cómo se pelearon Ionel Cristian Manole y Abel Carretero el tercer puesto. Después de 14 horas corriendo, se lo jugaron en segundos. Entre Raul y yo hubo 10 minutos, que es una diferencia más amplia, pero al fin y al cabo pequeña. En cualquier pequeño despiste, te juegas un puesto.
K. Con esto que me dices entro en otro aspecto que quería hablar contigo. Es el relativo a la profesionalización del deporte. Ese acortamiento de las distancias en meta entre corredores del que me hablas también contribuye al espectáculo. Lo hace más atractivo para el que lo está viendo, ya incluso por televisión. Recuerdo que en aquella charla que hicimos en abril de 2017, me decías que tu principal cambio en esas fechas era que por fin podías poner el foco en el entrenamiento y dedicar el resto de tu tiempo a tu profesión en el sector de la fontanería, cuando antes el orden de los factores era justo el contrario. En aquel entonces, tú ya estabas cambiando, y eras casi un privilegiado por esto, pero hace seis o siete años podían vivir de este deporte únicamente dos o tres corredores. Ahora, afortunadamente, son muchos más. Es como si el trail running hubiera pasado de la niñez o la adolescencia a la edad adulta.
M: Estamos en un momento de transición. Realmente es una continua transición. Es como lo que hablamos antes de la pérdida de rendimiento con la edad. No sucede de un día para otro. El deporte atraviesa un momento en el que se van a ir profesionalizando más corredores, poco a poco, porque, imagino, compensa a las marcas. Hablamos de tener a gente con nómina dedicada únicamente a entrenar y a rendir. La televisión también está jugando un papel importante. Ya puede ser algo muy espectacular que, si no se ve, no existe. Todos estos aspectos están haciendo que los corredores se profesionalicen. En la actualidad, unos cobran más y otros menos con niveles deportivos similares, porque el cambio es lento y necesita tiempo. En unos años, veremos mayor igualdad en términos económicos entre los corredores más rápidos. No habrá tanta diferencia entre lo que gana la primera chica y la décima. Podrán vivir todos ellos y ellas de este deporte, sin que algunos o algunas tengan que salir a entrenar después de trabajar durante ocho horas. Habrá más igualdad en la parte delantera de las carreras. Y no digo que todos los corredores tengan que ser profesionales. Algo que me gusta mucho de este deporte es que nos juntamos todos, el que va a disputar la victoria y el que simplemente quiere terminar, aunque sea llegando el último. Todos salimos juntos, recogemos el dorsal en el mismo sitio, estamos en la misma feria del corredor… Eso es la esencia de este deporte. Que luego, para que el deporte avance, tenga que haber gente profesional que da espectáculo es perfectamente legítimo.
“En 2010, este era un deporte de 10 locos en el que ganaba quien era capaz de llegar con fuerza al final. Ahora, todo se mide más al milímetro. Entrenamiento, nutrición, descanso… Cada aspecto está enfocado a poder ir rápido durante más de 13 horas. Ha habido un gran cambio de mentalidad. Del sálvese quien pueda, a tratar de ser veloz durante muchas horas, sin prácticamente bajones porque te pasan por encima. Todo eso se consigue afinando, porque al final las personas somos las mismas”.
K: En tu caso, Miguel, aprovechando que hablamos de profesionalización, ¿hay un cambio en este aspecto con tu entrada en JOMA? Llevabas desde 2006 en Salomon y ahora eres parte de una marca con un proyecto que parece ilusionante.
M: En Joma, juego otro rol. Salomon es una marca francesa que en España cuenta con los medios que tiene. Joma ha decidido dar un paso adelante en el trail running. Es una marca española muy fuerte en otros sectores que ahora apuesta por el compromiso y la calidad en esta disciplina deportiva. Al dar ese paso, deciden contar conmigo. Mi rol, aparte de atleta del equipo, es intentar aportar mi experiencia en cuanto a todo, tanto en lo deportivo como en el desarrollo de material. Ahora puedo estar más dedicado a esto, sin olvidar que estamos hablando de un deporte en el que no se manejan las mismas cantidades que en otros. Pero es verdad que puedo estar más tranquilo y centrado en este proyecto para el que Joma está invirtiendo muchos recursos. Mucha gente está contenta de que una marca nacional española apueste así por el trail. Yo, el primero. Soy una pequeña parte de este proyecto, pero estoy muy ilusionado. Espero ser capaz de dar todo lo aprendido en estos años de carrera.
K: Además, está Gemma Arenas. Han escogido muy bien. Es una chica que también cuenta con mucha experiencia, que ha ganado pruebas importantes y que, como tú, compite mucho.
M: Estoy muy contento. Se están haciendo bien las cosas. Han combinado veteranía con juventud, y creo que eso es muy bueno para que evolucionemos bien.
K: Te voy a plantear una pregunta que me gusta hacer a los más veteranos. Aplicándola a ti, ¿cuánto hay de constancia y cuánto de genética en tu excelente y prolongado rendimiento?
M: En porcentajes, no sabría decirte. Creo, aunque me puedo equivocar, que lo principal para cualquier cosa es la mentalidad, la cabeza. Eso lleva a que soportes mejor el dolor, los entrenamientos o la presión de estar ahí en las salidas, que a veces es bastante grande. Y, luego, está el físico. Es verdad que, si tienes mucha voluntad, intención y buena mentalidad, pero te fallan las rodillas, es difícil llegar.
K: Las rodillas o un componente genético. Por muy bien que yo tenga las rodillas y por mucho que entrene, es muy probable que no llegue.
M: Sí, claro. Pero es el componente genético el que hace que tu cuerpo aguante, que las articulaciones no fallen. Aun así, como te digo, creo que el principal factor es la mentalidad. Por eso, cuando me preguntan por el momento de mi retirada, algo que me ocurre prácticamente cada día, realmente no lo sé. Imagino que cuando mi cabeza diga que no puede más, encontraré las excusas de la edad: que no recupero bien, que me duele tal cosa… A los de 25 también les duele, pero si la cabeza consigue darles la vuelta a esos dolores, a esas dudas… La genética entra, seguramente, pero es la mentalidad la que hace que muchas veces te decidas por correr o por dejarlo porque tu carnet de identidad dice que tienes cuarenta y tantos.
“Joma ha decidido dar un paso adelante en el trail running. Es una marca española muy fuerte en otros sectores que ahora apuesta por el compromiso y la calidad en esta disciplina deportiva. Al dar ese paso, deciden contar conmigo. Mi rol, aparte de atleta del equipo, es intentar aportar mi experiencia en cuanto a todo, tanto en lo deportivo como en el desarrollo de material. Mucha gente está contenta de que una marca nacional española apueste así por el trail. Yo, el primero. Soy una pequeña parte de este proyecto, pero estoy muy ilusionado. Espero ser capaz de dar todo lo aprendido en estos años de carrera”.
K: En abril de 2017 me dijiste: “no me haré viejo porque me lo digan. Será mi cuerpo y mi cabeza quien me retirará, de competir, no de hacer deporte”. Después de siete años, tu mentalidad sigue intacta.
M: Ahora sí, pero ha habido épocas en las que no he estado tan bien. En esos momentos, podría haber dicho algo distinto, pero es verdad que cuando la cabeza está a favor, todo marcha bien. Tener una mentalidad positiva que te haga disfrutar de lo que estás haciendo, sin ver lo negativo de la edad, es fundamental. Me dicen mucho que estoy mayor, pero yo siempre intento darle la vuelta. La edad me da cosas positivas que antes no tenía. Esa veteranía, tú lo sabes, hace que si has cometido un error 10 veces, no caigas en la undécima. Con 20 años, se cometen todos los errores del mundo, en competición, en la forma de entrenar, en la manera de afrontar las carreras, las lesiones… En todo eso que no se ve detrás de las cámaras. Si tienes más aplome, fruto de la edad, todo se ve de otra manera. Eso es lo positivo que da cumplir años.
K: Dime ya, para terminar, dónde te veremos este año. ¿Qué tienes en mente como objetivos principales?
M: En principio, hasta el verano lo voy a enfocar todo en la larga distancia para preparar bien UTMB. Quiero volver a ver si me sale una buena carrera alguna vez. A partir del verano, ya veremos. Tengo cosas en mente, pero no quiero pensar tan a largo plazo.
K: Ya te toca una buena UTMB.
M: Sí, voy a intentar darles la vuelta a todos esos errores de los que te hablaba para convertirlos en algo positivo que me haga salir contento de allí.
K: Miguel, un placer hablar contigo, como siempre.
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