ROSA LARA. Conexión con la montaña

ROSA LARA. Conexión con la montaña

ROSA LARA. Conexión con la montaña

 

 

 

 

Rosa acaba de hacerse con un podio en la modalidad Marathon de la prestigiosa The North Face Transgrancanaria, confirmando que es una de las corredoras españolas del momento, algo que ya adelantaba la temporada pasada con su victoria en Ultra Pirineu, su segunda posición en L’Olla de Núria, su tercera en el Campeonato de España Ultra en El Reventón o su 11ª en el Campeonato del mundo sobre una distancia de 82 kilómetros. La corredora, recientemente incorporada a las filas del equipo COMPRESSPORT, siente una especial conexión con la montaña. La considera mágica y piensa que si sales a correr por sus dominios con felicidad y gusto, agradeciéndole lo que te da, ella te lo devuelve con creces. Ha sido una gran motivación hablar con una corredora que tiene las cosas muy claras, que conoce muy bien sus puntos fuertes y que esta temporada se enfrenta a un calendario exigente a la vez que ilusionante.

 

Por Kissthemountain

 

Kissthemountain: Hola, Rosa. ¿Qué tal estás? Tenía muchas ganas de hablar contigo. Has vuelto a competir este fin de semana después de hacerlo el anterior en The North Face Transgrancanaria, ¿no? [Esta charla tuvo lugar unos 10 días después de que Rosa se hiciera con una tercera posición en la modalidad Marathon de la carrera grancanaria].

R: Sí, en la Atzavares Trail Orba-Vall Laguar, una competición cerca de casa, pero la tomé más como un entrenamiento. Cambié lo que teníamos previsto para el sábado y el domingo por la carrera. Me fue muy bien. 

K: ¿Dónde vives? 

R: Soy de Gata de Gorgos, cerca de Jávea y Denia… No sé si lo conoces. Es un pueblo pequeño, no tan turístico, justo en medio de estas dos localidades.

K: No lo he oído nunca. ¿Tiene costa?

R: No, pero está sólo a 10 minutos. Es un pueblo tranquilo. Si queremos más jaleo, cogemos el coche.

K: Hay monte por allí, ¿no?

R: Sí, no son cimas muy altas, pero creo que somos afortunados al tener cerca mar y montaña.

K: Iba a empezar preguntándote cómo tenías las piernas después de la Transgrancanaria, pero si estuviste este fin de semana medio compitiendo, imagino que recuperaste bien. Al final, son 46 kilómetros y eso es una distancia muy exigente.

R: Teníamos un poco de miedo, entre comillas, porque es una carrera de bajadas largas, con más desnivel positivo que negativo. Pensábamos que a nivel muscular repercutiría más, pero la verdad es que al día siguiente no tuve agujetas ni dolor muscular. Me recuperé bastante bien. ¡Soy de mala clase y recupero rápido! [Risas].

 

 

 

 

 

K: Sí que es verdad que se baja más que se sube. Y los descensos son muy duros. La bajada del Roque Nublo a Tunte, por ese camino real, el Camino de la Plata, se hace muy complicada.

R: Sí, pero yo estoy acostumbrada a mucha piedra. Es lo que hay en la zona donde vivo, que es muy técnica. Lo que se me hizo muy duro fue el final de carrera por ese barranco con tanto calor. No pude apretar lo que me hubiera gustado, y eso que a nivel muscular no iba muy fatigada. Pensábamos que tendríamos que hacer un parón tras la carrera, pero hemos seguido con los entrenamientos según lo planificado. Este fin de semana es el Campeonato de España de Trail Running por Federaciones Autonómicas e Individual, de la RFEA, en Murcia. Voy con la Comunidad Valenciana.

K: Rosa, en esta charla me gustaría tratar varios temas contigo. Tu paso por Transgrancanaria, tu evolución en los últimos dos o tres años, tu fichaje por COMPRESSPORT, el nivel actual del trail running femenino… Empecemos por la prueba canaria. El año pasado ya conseguiste muy buenos resultados, como la victoria en la Mitja de Ultra Pirineu, un segundo puesto en L’Olla de Núria o un cuarto en la distancia de 30K en Val d’Aran by UTMB. Las condiciones en Transgrancanaria fueron realmente duras, con un calor bastante sofocante durante todo el recorrido. Estuviste compitiendo sobre cuatro horas y media. En general, se dice que es una carrera rápida, pero el comienzo hasta llegar al Roque Nublo es bastante exigente, las bajadas castigan mucho muscularmente, y la parte final, por ese barranco con tanto calor, te saca ya todas las fuerzas si quedaba algo. Dura, ¿verdad?

R: Todas las competiciones lo son porque siempre nos exigimos al máximo. La Transgrancanaria es una prueba de subidas y bajadas muy largas. El cambio de unas a otras influye mucho en el rendimiento. También, el calor, que fue muy sofocante. Todo esto va sumando. Tenía claro que debía salir a hacer mi carrera, centrándome únicamente en mí, sin fijarme en el resto de chicas. Creo que es la mejor manera para sacar el mayor rendimiento. Cada una se conoce y sabe dónde tiene sus puntos fuertes y débiles. Hice buena gestión de carrera porque, aunque salí a un ritmo fuerte, lo tenía bastante controlado. Me encontraba muy cómoda. Pero conforme fueron avanzando los kilómetros, el calor y quizás un déficit de hidratación provocaron que el tramo final se me hiciera muy duro. Sabía que podría pasar y que tenía que guardar para ese último barranco, pero, al final, siempre hay aspectos que no dependen de una misma. Iba todo bien, pero me encontré con que me faltaba algo, no ya fuerza de piernas por mala gestión, sino que me sentí un poco mareada, por el calor o por la hidratación. Me costó rematar la carrera. Pero bueno, hizo calor para todo el mundo y cada una jugó sus cartas de la mejor manera posible. De todas estas cosas se va aprendiendo para mejorar en la siguiente competición. Intentaré hacer una mejor Transgrancanaria el año que viene.

K: El resultado es bueno e imagino que estarás contenta. Un podio en una prueba de este nivel es algo importante. Siempre nos exigimos más. Es mejor ser segunda que tercera, o ganar que quedar subcampeona, pero es una carrera de prestigio y es para estar más que satisfecha, ¿no?

R: Sí, hacer un podio en la primera carrera de la temporada, estrenando equipo con Compressport, compitiendo con gente muy top, siempre te da un buen empujón y ganas de seguir para el resto de temporada. La Transgrancanaria ha sido un gran comienzo del que coger confianza para lo que viene. 

 

 

 

 

 

 

 

K: Me decías antes que parte de la dureza de la carrera eran las largas subidas y bajadas. Nada más empezar, se afrontan casi 1.000 metros de desnivel positivo, a los que siguen dos bajadas realmente largas. También hay subidas relativamente cómodas que se pueden hacer corriendo si hay fuerzas. Y luego está la parte final en la que, como comentabas, si se llega con fuerza se puede correr bien. A la hora de entrenar esta carrera u otras, ¿tratas de hacer tiradas con un perfil similar? Es decir, aplicándolo a la Transgrancanaria, ¿intentas buscar una zona con una gran subida inicial a la que siguen esos descensos? Me refiero a si tratas de simular en entrenamiento el perfil que vas a encontrar en competición. 

R: Creo que una de las claves para poder competir bien es intentar hacer los entrenamientos lo más adaptados posibles a lo que te vas a encontrar en competición. Está claro que no siempre se pueden simular las condiciones completamente, pero es bueno intentar acercarte lo más posible. Por gracia o por desgracia, en la zona en la que vivo yo, me cuesta mucho encontrar subidas y bajadas tan largas como las de Transgrancanaria. Era un gran hándicap para mí. Entre semana, es muy complicado conseguir desnivel, ya que las subidas que tenemos en esta zona son de máximo 400 positivos, y no tardas más de 15 minutos en bajar, cuando en esta carrera empleábamos más de 40. Es mucha diferencia. Durante el fin de semana, sí que cogía coche para buscar rutas más parecidas a este perfil. Además de intentar simular el recorrido, también es importante llevar en entrenamiento estrategias parecidas en cuanto a hidratación y nutrición.

K: Mirar la clasificación de la prueba canaria muestra que una nueva generación de corredoras está llegando. Tanto tú como Greta García os metéis en el podio por delante de corredoras que llevan mucho tiempo en este mundo, como Gemma Arenas o Maite Maiora, que imagino que serán atletas que admiras. También, el fin de semana pasado, en la prueba inaugural de las Skyrunner World Series, se impuso Lide Urrestarazu. Parece que el cambio generacional ofrece buenas expectativas de futuro para el trail running nacional.

 

 

 

 

 

 

R: Yo ya no soy tan joven. Tengo 27 años, pero, como si fuera Peter Pan, aquí me quiero quedar [Risas]. Cada vez es más joven la gente que empieza a correr en la montaña. Está habiendo un gran cambio, también porque cada vez hay más marcas que apuestan por este deporte. Además, la cultura es diferente. Se creía que la montaña era para gente más veterana, con mayor experiencia. Esa mentalidad va cambiando. Ahora, mucha gente joven empieza desde muy pronto. Hay algunos que con 20 años llevan más tiempo corriendo que yo. Pensándolo ahora, me digo que me habría gustado empezar a correr antes, pero las cosas vienen como vienen. Si lo hubiera hecho antes, quizás no habría sacado el rendimiento que tengo ahora, o me habría cansado, quién sabe. Da gusto ver que cada vez hay más jóvenes con un gran nivel. Me parece increíble. Lo mejor está por llegar.

 

“El año pasado, con mi entrenador, Arcadi Margarit, decidimos preparar el Campeonato de España Ultra para ver si era posible entrar en la selección para el mundial. Siempre hemos creído que mi mayor potencial está en distancias medias-largas porque soy bastante diésel. Tengo velocidad, pero en comparación con otras chicas, no soy tan explosiva. En cambio, sí que puedo aguantar durante más tiempo el esfuerzo”.

 

K: Empezaste a competir en montaña en 2016, aunque te he oído decir que no es hasta 2020 cuando comienzas a entrenar de forma más seria. Primero, haces carreras más cortas -fuiste campeona de la FEMECV en Kilómetro Vertical, en 2022, y de Vertical Sprint en 2023-, otras de unos 15 kilómetros, pero no renuncias a distancias más largas, como esta de Transgrancanaria o la maratón de la Epic Trail, en la Vall de Boí, de hace un par de años. En la temporada pasada, hiciste al menos dos carreras de distancias ultra, como el Campeonato de España en El Reventón, de 67 kilómetros, en el que quedaste tercera, o el Campeonato del Mundo IAAF, sobre 82 kilómetros. ¿Cómo has vivido el paso a distancias mayores? ¿Crees que eres una persona que ha ido marcando bien las etapas?

R: Siempre me ha gustado el deporte porque me ha ayudado a conectar conmigo misma y a sentirme mejor. Es a partir de 2020 cuando empiezo a dedicarle un poco más de tiempo a la montaña, poco a poco, de manera progresiva. El año pasado, con mi entrenador, Arcadi Margarit, decidimos preparar el Campeonato de España Ultra para ver si era posible entrar en la selección para el mundial. Siempre hemos creído que mi mayor potencial está en distancias medias-largas porque soy bastante diésel. Tengo velocidad, pero en comparación con otras chicas, no soy tan explosiva. En cambio, sí que puedo aguantar durante más tiempo el esfuerzo. Preparamos el Campeonato de España lo mejor que pudimos. En los entrenamientos largos, siempre me he encontrado bien porque tengo una zona 1 con bastante rango de pulsaciones a un ritmo más que aceptable. Salió bien y conseguimos la plaza para el mundial. Creo que hay que tener mucho respeto a estas distancias. Fueron unos meses de mucho volumen, desnivel y horas. Me salió un buen resultado [Rosa entró en 11ª posición]. Al terminar, nos planteamos qué debíamos hacer. Creemos que para correr distancias largas siempre hay tiempo, así que ahora dejaremos los ultras para centrarnos en distancia maratón o algo más, máximo 50 o 60 kilómetros. En un futuro, ya vendrán más ultras. Ahora tengo que exprimir más este tipo de distancias para mejorar ese aspecto que es el que creo que me falta para crear una buena base de futuro que me permita tener buen ritmo en distancias más largas. Eso sí, siempre disfrutando. Estar en competiciones con gente de gran nivel es algo que seguro que me ayuda a mejorar y a saber cuál es el nivel que tengo. Creo que es la clave.

 

“Correr por montaña me hace sentir bien, conectar tanto conmigo misma como con gente que ya no está. Disfruto en cada entrenamiento. Siempre salgo a entrenar con gusto y alegría. Cuando termino, doy gracias por haber podido acabar el entrenamiento y por no estar lesionada, o con molestias y dolor. Para mí, la montaña es mágica. Si le das felicidad, alegría y buenas sensaciones, ella te lo devuelve. Espero estar muchos años conectada con ella, en esa relación de reciprocidad”.

 

K: ¿Por qué corres por montaña?

R: Correr por montaña me hace sentir bien, conectar tanto conmigo misma como con gente que ya no está. Disfruto en cada entrenamiento. Siempre salgo a entrenar con gusto y alegría. Cuando termino, doy gracias por haber podido acabar el entrenamiento y por no estar lesionada, o con molestias y dolor. Para mí, la montaña es mágica. Si le das felicidad, alegría y buenas sensaciones, ella te lo devuelve. Espero estar muchos años conectada con ella, en esa relación de reciprocidad. Está claro que algunos entrenamientos o competiciones pueden costar más, pero todo forma parte del juego. Creo que esos días complicados son los que más suman.

 

 

 

 

 

 

K: Todo este planteamiento sobre la conexión con la montaña me ha recordado un poco a la forma de pensar de la corredora Sheila Avilés. Ella también es muy agradecida, incluso con la mala racha de lesiones que tiene. ¿Te consideras fuerte mentalmente cuando en una carrera las cosas no están saliendo como esperabas? 

R: Al final, creo que uno de mis puntos más fuertes, o de mis mejores capacidades, es la cabeza. A veces, se puede entrenar, pero pienso que si no nacemos así o la vida no nos ha preparado para estas dificultades, es muy complicado ser fuerte mentalmente. En casi todas las competiciones, tenga buenas o malas sensaciones, soy muy cabezota. Si tengo malas, intento enviarme mensajes positivos. Si te duelen los gemelos, te pasa mucha gente o no te encuentras bien, siempre me digo que no pasa nada, que las carreras son muy largas y que seguro que lo supero en algún momento. Pienso también en toda la gente que me anima y apoya. Trato de volver a conectar conmigo misma. Al final, lo consigo. En la pasada Transgrancanaria, en los momentos en los que me sentía mareada en la zona del barranco, me obligaba a pensar que no pasaría nada, que no tenía que preocuparme, que simplemente debía llegar a meta porque hay mucha gente que confía en mí. Me decía de hacerlo por mí, pero también por ellos. Fue una gran lucha mental hasta que conseguí volver a conectar. En los últimos cinco kilómetros, pude volver a correr bien. En competiciones, sobre todo en las largas, uno de los puntos fundamentales es ser fuerte de cabeza y saber luchar contigo misma. Si en carreras cortas, se alternan momentos duros y fáciles, en distancias largas es todo como un bucle. Es imposible estar siempre bien. Hay que tirar mucho de cabeza. 

 

 

 

 

 

 

K: Me gusta eso que me dices de que no sólo lo haces por ti, sino por la gente que te espera en meta y que confía en ti. Alguien que lo ha hecho ha sido Compressport. No tiene un equipo grande en España, probablemente sólo tú. En un pasado, sí que recuerdo a Teresa Nimes o a Jordi Gamito. Pero sí que es una marca de gran prestigio. Imagino que esto supondrá para ti un plus más en tu confianza para seguir apretando y alcanzar el máximo rendimiento. 

R: Sí, a finales del año pasado empezamos a hablar. Igual que con la montaña, soy una persona que a priori sabe si conecta o no con la gente. Cuando comencé a hablar con Compressport, concretamente con Carla, que es quien lleva el equipo, noté mucha confianza hacia mí y un futuro muy bonito juntos. Eso fue una de las cosas que más me gustaron. Desde el principio, me ofrecieron lo que necesitaba y me hicieron pensar en un futuro juntos. Eso también hizo que yo confiara mucho en ellos. Estoy muy contenta de que hayan apostado por mí. Tienen un programa a futuro de equipo muy bueno. En España, estoy yo sola, pero creo que la clave de un equipo es tener a poca gente que se sienta bien con el trato, para que estemos centrados en rendir, que es de lo único que deberíamos preocuparnos los atletas. El equipo es pequeñito, pero muy bueno. Tengo muchas ganas de conocer al resto de miembros. En pocas semanas, haremos un training camp donde me encontraré con ellos. Además de contenta, me siento muy agradecida. Ellos han confiado en mí y yo espero poder devolverles lo que esté en mis manos con una buena temporada.

 

“Creo que uno de mis puntos más fuertes, o de mis mejores capacidades, es la cabeza. A veces, se puede entrenar, pero pienso que si no nacemos así o la vida no nos ha preparado para estas dificultades, es muy complicado ser fuerte mentalmente. En casi todas las competiciones, tenga buenas o malas sensaciones, soy muy cabezota. Si tengo malas, intento enviarme mensajes positivos. Pienso también en toda la gente que me anima y apoya. Trato de volver a conectar conmigo misma. Al final, lo consigo”.

 

K: Es bonito eso que me cuentas, Rosa. Pienso que la confianza es uno de los sentimientos más complejos y especiales del ser humano. Cuando alguien confía en ti, por un extraño mecanismo interno de nuestras mentes, automáticamente empezamos a hacerlo más en nosotros mismos. Hoy en día, cuando las diferencias las marcan pequeños detalles, esto no es poca cosa. 

R: La confianza y la conexión que puedas tener con las personas son cosas muy bonitas, pero muy difíciles de expresar. Normalmente es algo mutuo. Eso hace que te sientas muy cómoda, y creo que, al final, la vida va de eso, de ser feliz, de disfrutar, de tener confianza, sin rencores, remordimientos ni envidias de nada ni nadie. Cada uno es como es. Puedes caerles mejor a unas que a otras personas, pero con las que te rodean, en un equipo, como Compressport, por ejemplo, es muy importante la confianza mutua. Tienes que alegrarte por ti y por ellos de las cosas buenas que pasan. 

K: Además, ganarse la confianza de alguien es a veces difícil y cuesta trabajo, pero a la vez es fácil que se pierda… Me estoy yendo un poco por las ramas, Rosa [Risas]. 

R: Dicen que cuesta mucho construirla pero que puede perderse muy rápidamente. Es como el entrenamiento: construir una buena base lleva mucho tiempo, pero se pierde enseguida ante un período de inactividad [Risas).

K: ¡Te voy a fichar para que escribas en Kissthemountain! Me gusta mucho tu forma de pensar [Risas]. Terminamos ya. ¿Dónde te vamos a ver este año? ¿Tienes previsto seguir algún circuito o irás por carreras más concretas que te apetezcan? 

R: Es un poco complicado porque cada vez hay más circuitos. Pienso que para poder rendir bien, hay que centrarse en algo. Me llamaban mucho la atención las Skyrunner World Series, pero mirando el calendario lo veía inviable. Decidimos tener una o dos competiciones máximo al mes. Este fin de semana, estaré en el Campeonato de España en Murcia. En las dos últimas de abril, voy al circuito de las Golden Trail World Series. La primera competición es en Japón, el 21, si no me equivoco, y la semana siguiente en China. En mayo, no sé todavía si iré a Zegama ya que aún tengo que perfilar algunas cosas. En junio, estaré, si todo va bien, en la Marathon du Mont-Blanc, también del circuito de las Golden. Después, lo más seguro es que vaya a la OCC de UTMB y a la distancia maratón de Ultra Pirineu. Eso son los planes iniciales, pero aún quedan detalles que pulir.

 

 

 

K: No son pocas. Cuídate que queremos disfrutar mucho de ti este año.

R: Creo que no son tantas, cinco o seis. Me da tiempo a prepararlas y a hacerlas con mucha ilusión.

 

“La confianza y la conexión que puedas tener con las personas son cosas muy bonitas, pero muy difíciles de expresar. Normalmente es algo mutuo. Eso hace que te sientas muy cómoda, y creo que, al final, la vida va de eso, de ser feliz, de disfrutar, de tener confianza, sin rencores, remordimientos ni envidias de nada ni nadie. Cada uno es como es. Puedes caerles mejor a unas que a otras personas, pero con las que te rodean, en un equipo, como Compressport, por ejemplo, es muy importante la confianza mutua. Tienes que alegrarte por ti y por ellos de las cosas buenas que pasan”.

 

K: Te estaremos siguiendo. Me ha gustado mucho hablar contigo.

R: Ha sido también un placer para mí, Juanmi.

K: Un beso fuerte.

 

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