STEPHAN SIEGRIST, JONAS SCHILD & ANDY SCHNARF. Kirti-Nose, apertura de una big wall en altitud

STEPHAN SIEGRIST, JONAS SCHILD & ANDY SCHNARF. Kirti-Nose, apertura de una big wall en altitud

STEPHAN SIEGRIST, JONAS SCHILD & ANDY SCHNARF. Kirti-Nose, apertura de una big wall en altitud

 

 

 

Texto por Kissthemountain

 

LA RUPTURA DE LAS EXPECTATIVAS

Llevas mucho tiempo esperando que llegue el día marcado para realizar algo que ocupa tu mente cada vez que tratas de recurrir a algo positivo en los momentos en los que no eres capaz de conciliar el sueño. Te has preparado a consciencia para ello, tanto física como mentalmente. Has recabado toda la información necesaria para no dejar nada al azar en el esperado día “D”. Decenas de conversaciones con tus compañeros de actividad tomando unas cervezas mientras su ilusión se te contagia, si ya de por sí no estuvieras lo suficientemente motivado. Sueñas con el momento de la consecución del objetivo, tanto que lo has interiorizado y vivido mentalmente cientos de veces. En definitiva, te has generado unas expectativas que no concibes que se rompan. Y, sin embargo, cuando ya estás en el destino indicado a punto de que comience todo, ciertas circunstancias imprevisibles dan al traste con todo lo planificado, obligándote a abandonar. Momento difícil, ¿verdad?

 

 

EL PODER DE  LOS CAMBIOS DE DECISIÓN 

Todos y cada uno de nosotros hemos vivido esa situación en determinadas ocasiones. Una cita con alguien que nos gusta que se cancela por una avería en el coche, un festival de música al que debemos renunciar por esa maldita fiebre con la que nos hemos levantado por la mañana, una venta que se frustra dando al traste con aquel capricho que nos queríamos regalar… Es el riesgo de las expectativas como justo lo opuesto a las certezas. Y, en la montaña, casi más que en ningún otro lugar, es muy habitual que se rompan por diferentes motivos que pueden ir desde una lesión fortuita, a un cambio en las condiciones meteorológicas siempre cambiantes, valga la redundancia. Ante estas situaciones, podemos frustrarnos o buscar otras alternativas. Al fin y al cabo, siempre nos queda el poder de los cambios de decisión.

 

 

UNA PUERTA SE CIERRA; OTRA SE ABRE

Lo descrito en la parte final del párrafo anterior fue lo que vivieron Stephan Siegrist, Jonas Schild y Andy Schnarf en octubre de 2022, cuando una gran nevada cayó sobre la montaña que querían ascender, y sobre sus ilusiones, situada en el Himalaya indio, cerca de Gangroti, uno de los cuatro lugares de peregrinación del Chota Char Dham, el “pequeño” Char Dham. Tras dos intentos fallidos, y mientras esperaban en el campo base para otro más, una nevada cubrió la ruta prevista generando un gran peligro de alud y cambiándola completamente. “La gran cantidad de nieve nueva nos pilló por sorpresa y, afrontando el creciente riesgo de avalancha, tuvimos que aceptar que nuestro principal objetivo se mantendría desgraciadamente sin escalar”, escribía en sus redes el atleta durante ya más de 20 años de Mammut, Stephan Siegrist. Las expectativas se habían roto, la ilusión, quebrada, a pesar de que eran conscientes de que en más del 50% de las expediciones a la gran montaña, los objetivos no se cumplen. Y es que, la realización de la actividad en sí no debe ser lo único que nos mueva en la montaña, sino algo mucho más simple como es la diversión. Esta, con cierta actitud, puede obtenerse en el 100% de los casos, tal y como nos recuerdan los tres alpinistas protagonistas de este artículo. Y la actitud, en el caso de Stephan, Jonas y Andy, les hizo ver, justo al lado del campo base, un pilar rocoso de 400 metros, a 4.950 de altitud al que, por su semejanza con The Nose, la mítica vía de El Capitan, bautizaron como Kirti-Nose. La ilusión había vuelto y, tal como puede verse en el vídeo de poco más de 15 minutos que acompaña a este artículo, lo celebraron con una fiesta es sus tiendas la noche anterior al día en el que tratarían de alimentar sus mentes con un nuevo recuerdo que seguro que estará con ellos durante el resto de sus días. 

 

 

LA MONTAÑA NO SE CONQUISTA, SINO QUE SE RESPETA

Al despertar, se pusieron manos a la obra. Por delante tenían una big wall en altitud en una vía de unos 350 metros para los que fueron necesarios 10 largos. En los seis primeros se encontraron con pistas en forma de material que indicaban que no estaban siendo los primeros en enfrentarse a una bellísima pared con grietas perfectas en su progresión. A partir del sexto, estos indicios desaparecieron. Estaban abriendo una nueva vía; estaban siendo pioneros. Por eso, como se ve en el documental, su felicidad crecía exponencialmente conforme los largos eran domados bajo la atenta mirada de la bellísima cordillera de 6.000 metros, ahora nevada, que parecía querer recordarles que no habían sido capaces de vencerla. Ya se sabe, tal y como decía Marice Herzog, la montaña no se conquista, sino que se respeta, y en este caso, ellos lo habían hecho obteniendo como premio una actividad brutal abriendo una vía que bautizaron como Between two parties, ya que, a la fiesta en la noche previa a su apertura siguió otra tras su consecución en la que incluso me parece distinguir una improvisada pole dance, o barra de baile, en el metraje final de este documental rebosante de optimismo.

 

NO ES UN PREMIO DE CONSOLACIÓN

Precisamente, sobre este optimismo se hace una gran reflexión en la segunda mitad de la película. Como hemos comentado en la parte inicial de este artículo, cuando las expectativas se rompen, siempre nos queda el poder de los cambios de decisión. Si nuestra cita con esa chica que nos gustaba, la asistencia a ese festival de música o el capricho que nos queríamos dar se frustran por circunstancias que no podemos controlar, siempre podremos buscar alternativas. Si no podemos tomar algo con esa persona que nos interesaba, quizás tengamos la opción de pasar una noche inolvidable con amigos; si la fiebre arruina la posibilidad de ver sobre el escenario a esos grupos que suenan constantemente en nuestros auriculares, podremos emplear el fin de semana en ver esa serie o leer ese libro que tenemos desde hace tiempo en nuestras listas de pendientes; si tenemos que renunciar a ese capricho, seguro que encontramos algo que lo supla, pues, ya se sabe, lo material no siempre da la felicidad. Y esas alternativas no tienen por qué verse como premios de consolación. Así, reflexionan los tres protagonistas de esta actividad. Se han llevado para casa la apertura de una vía, un big wall, a 4.500 metros de altitud, y con gran parecido a nada más y nada menos que The Nose, en El Capitan. ¿Se puede pedir más? Todo es una cuestión de actitud.

 

 

 

 

Compartir contenido

 

     


 
 


 
 
 
 

info@kissthemountain.com







       © Copyright Kissthemountain 2020 | Bajo la atenta mirada de las caras norte de Sierra Nevada | Granada. Spain      -       Términos del servicio | Privacidad | Política de Cookies


 

 


     

div class="col-lg-12 text-center">

info@kissthemountain.com

       © Copyright Kissthemountain 2020
Bajo la atenta mirada de las caras norte de Sierra Nevada
Granada. Spain