12 Abr Y ADAM ONDRA Y MAMMUT UNIEROS SUS CAMINOS…
Por Kissthemountain
A COMIENZOS de este año, el mundo de lo vertical recibía la noticia de que Adam Ondra pasaba a formar parte del equipo de escalada de MAMMUT. Tras la sorpresa inicial, vino la calma. Todo parecía encajar a la perfección. La marca suiza siempre ha sido sinónimo de calidad contrastada e innovación continua en la escalada, algo compartido con la evolución en la carrera del escalador checo. La ambición y la pasión impulsan constantemente a Adam Ondra para escribir líneas en la historia de este deporte. Lo mismo puede decirse de MAMMUT. El mismo Adam comentaba que él, al igual que la marca en cuyo logo aparece ese animal hoy extinguido sinónimo de fuerza y potencia, siempre busca la perfección, y que este paso en su carrera puede llevarle a impulsar su potencial aún más.
Adam Ondra se une ahora al austriaco Jakob Schubert, a la británica Madeleine Cope y a la suiza Katherine Choong para formar un equipo realmente inspirador.
Con Adam Ondra hemos tenido la oportunidad de charlar en dos ocasiones sobre muchos temas, entre los que en este artículo destacamos sus primeros recuerdos, la importancia de la técnica, la evolución, el futuro, sus fuentes de inspiración, el equilibrio y la fluidez de un momento histórico.
Con todos vosotros, un mito en vida. Palabra de Adam.
PRIMEROS RECUERDOS
“Es muy difícil decirte cuáles son mis recuerdos más antiguos de la escalada, porque las primeras experiencias son de hace muchísimo tiempo, de cuando era muy pequeño. No tengo unas primeras imágenes bien definidas. Lo que sí te puedo decir es que en mi familia todos escalan, y que si con dos años veía a mis padres y a sus amigos escalar, de forma natural, yo también quería hacerlo. Imagino que para no ser el único que no lo hacía. Así que casi se puede decir que tuve que escalar porque era lo natural, no porque me presionaran mis padres. Con seis años, ya veo todo más claro. Recuerdo estar probando una vía bastante complicada, un 6a, en la escuela de cerca de casa. Ese recuerdo sí que es muy nítido. Disfruté tanto del momento que me animó a seguir escalando. Luego llegaron las primeras competiciones en las que me motivaba muchísimo no ser capaz de ganarlas. Desde esos momentos quise pasar mucho tiempo en el rocódromo para entrenar y prepararlas mejor. Tengo mucha ambición. Si quedaba tercero, estaba contento, pero con ganas de vencer en la siguiente ocasión”.
LA FLUIDEZ DE UN MOMENTO HISTÓRICO
“Para mí hay dos momentos muy intensos en el día del encadenamiento. El primero es cuando estaba en la parte clave. Siempre me parecía muy dura. Incluso cuando sólo probaba los pasos de esa zona. Ese día estaba muy relajado y a la vez plenamente concentrado. Es muy difícil agarrar cada presa con la perfección y la precisión con las que lo hacía en ese momento. Notaba que todo fluía perfectamente. Era un sentimiento muy raro. Mentalmente no he escalado nunca tan bien como lo hice en Silence. Era un momento de «silence» en mi cabeza. Sentía que hacía fáciles cosas realmente complicadas. El segundo momento que no olvidaré jamás es cuando alcancé la reunión. Todo fue muy intenso. Las emociones eran tan fuertes que ni tan siquiera podía sacarlas de mí. Normalmente, cuando consigo algo complicado, grito para liberar, pero esta vez no podía. Sólo llorar, pero muy débilmente. Fue un minuto de casi «silence »”.
EL ELEGIDO
“Hay muchos factores que han hecho que sea la primera persona en encadenar un 9c. Seguramente sea porque tengo talento, porque mis padres me han ayudado mucho para poder viajar por Europa a escalar cada fin de semana en roca. También por todas las competiciones que he hecho… Pero creo que lo más importante es que la escalada me gusta casi demasiado. En todos los entrenamientos, cinco horas al día, seis días a la semana, durante veinte años, me he esforzado al máximo. Ha sido duro, pero a mí me gusta. Si no lo haces de esta manera, se convierte en un sacrificio muy difícil de conseguir, pero yo, a pesar de la dureza, lo disfruto. Es muy difícil que a alguien le ocurra lo mismo”.
LA EVOLUCIÓN
“Hay mucho espacio para mejorar y trabajar mediante el entrenamiento. Escalar es aún una cosa muy compleja. El entrenamiento físico sí ha evolucionado bien, pero no se ha llegado a juntar con el entrenamiento de la técnica. Saber utilizar cada músculo del cuerpo a la perfección es algo que puede evolucionar y susceptible de mucha mejora. También el aspecto mental. Hay mucho por evolucionar. Es como si tuviésemos un niño de sólo cinco años con el que se pudiera trabajar mucho la técnica. En eso ando últimamente. Siempre me he concentrado mucho en la técnica, en escalar cien por cien perfecto, en utilizar la menor fuerza posible para encadenar una vía. Hace unos años pensaba que escalaba casi a la perfección, y que sólo podía mejorar con entrenamiento físico, pero ahora me he dado cuenta de que no es verdad. Sí que puedo aún evolucionar mucho con el entrenamiento físico, pero más con la técnica. Hay aspectos que nunca había pensado”.
LA TÉCNICA
“Un fisioterapeuta puede mirar cómo escalo y dar algunos consejos. Te pongo un ejemplo. Es muy importante la posición de tus hombros en la escalada. Si no los colocas adecuadamente, estás utilizando más bíceps y pectoral, y esto puede no ser tan eficiente. Si la posición es mejor, compensas con toda la espalda que tiene mucha más fuerza que bíceps y pectorales. Pero para la mayoría de los escaladores es natural y casi instintivo seguir hábitos que quizás no sean los más adecuados. Por ejemplo, cuando tenemos dos verticales, hacer una comprensión con los pectorales. Esto es impulsivo en los escaladores. Pero es posible hacerla con los músculos de la espalda. Y como te digo, estos tienen más fuerza y el movimiento es entonces menos lesivo”.
EL FUTURO
“Prepararme para las tres disciplinas de Tokyo me ha dado la posibilidad de trabajar con mucha gente, entrenadores y fisioterapeutas. La necesidad de individualizar mi entrenamiento al máximo me ha ayudado a explotar mis límites aún mucho más. Seguramente no es verdad que ahora escalo mucho mejor que cuando hice Silence, pero creo que sí que estoy en un escalón superior gracias a todos estos entrenamientos para la competición. Hoy soy un poco más completo. Tengo esperanza de que en el futuro pueda mejorar en escalada deportiva y de que, quizás, un día, dentro de años, después de trabajar una vía durante mucho tiempo, hacer un 9c+ podría ser posible, pero todavía tengo que trabajar mucho”.
LA INSPIRACIÓN
“Admiro todos los rock stars de los que escribe Heinz Zack en su libro. Quizás la persona que más me ha inspirado haya sido Wolfgang Güllich, pero también todos los otros grandes escaladores, sobre todo de los 80 o 90. Haber leído la bibliografía de Jerry Moffat o Ben Moon ha sido una pasada. Es increíble como la escalada ha cambiado en los últimos 20 o 30 años. De la época actual admiro mucho a Tommy Caldwell. Ha hecho grandes vías en Yosemite, y también en Patagonia y en otros lugares. Y sigue escalando a tope. En la parte femenina está Lynn Hill, porque todo lo que realizó en los años 80 o 90 fue muy revolucionario e hizo cosas que los hombres no podían creer que fueran posibles para mujeres”.
EL EQUILIBRIO
“Alguna vez claro que es sacrificio y tengo que decir que no a cosas que me apetecen, pero creo que es muy importante tener un equilibrio entre sacrificio y disfrute. Aunque tomar unas cuantas cervezas puede no ser bueno para recuperar, también sé que me puede relajar, y la parte mental es muy importante. Si haces demasiado sacrificio, luego tienes esta presión que es casi imposible soportar. Lo importante es lograr un buen equilibrio entre concentración en el deporte y de sentimiento de no estar sacrificando demasiado. Para cada persona el equilibrio está en un punto diferente. En mi caso, no tengo sentimiento de sacrificarme demasiado, aunque otros puedan pensar que sí”.