Verano de 1991. Hans Kammerlander y Hans-Peter Eisendle concibieron un nuevo desafío en sus montañas de origen: escalaron en un solo día las caras norte de Ortles y la Cima Grande di Lavaredo, recorriendo la distancia entre las dos montañas (246 kilómetros) en sus bicicletas. Lo que nació más o menos como un juego se convirtió en el hito de una nueva forma de concebir la actividad en montaña.
Primavera de 2018. Simon Gietl y Vittorio Messini tomaron el relevo y desafiaron ese logro, agregando una tercera cara norte, la de Grossglockner, y otros 117 kilómetros en bicicleta. Esta aventura no sólo ha sido la celebración de una forma híbrida, limpia y sostenible de disfrutar de la montaña, una hazaña, o un diálogo con una página de historia y su espíritu: toda la actividad fue también una oportunidad para recaudar donaciones para Südtirol Hilft, una organización benéfica para personas en situaciones de emergencia grave.